Ya son 93 los fallecidos y hay más de 150 heridos luego del ataque suicida contra cometido el lunes en una mezquita en el noroeste de Pakistán, en lo que consideran uno de los peores atentados contra la policía en el país de Asia. Tras más de 20 horas de trabajo, los rescatistas continúan removiendo de manera manual escombros con las sospechas de que podría haber todavía más cuerpos.
El ataque se perpetró en una mezquita del área de Police Lines, un centro residencial y de entrenamiento para policías. Esto explica el alto número de víctimas dentro de este cuerpo. Más de 300 fieles se encontraban en el recinto. Al momento de las oraciones de la tarde, un atacante suicida detonó los explosivos, haciendo volar el techo de la mezquita, informó NA.
«No podemos usar maquinaria pesada porque tenemos que tener en cuenta la santidad de cualquier mártir o herido que pueda estar bajo los escombros», explicó el portavoz de los servicios de rescate de Peshawar, Bilal Faizi. Las fuerzas de seguridad celebraron el lunes los servicios fúnebres de 27 de los oficiales muertos en el ataque. Los ataúdes estaban cubiertos con el pabellón paquistaní y coronas de flores.
El comandante talibán paquistaní Mohmand se atribuyó la responsabilidad del ataque a través de un mensaje. Pero esta afirmación no ha podido ser corroborada de manera independiente. Además, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), el principal grupo talibán paquistaní, negó categóricamente su participación en el ataque cometido contra un espacio sagrado.
Los atentados comenzaron a disminuir en 2014 tras una ofensiva de las autoridades paquistaníes. Pero las señales de su resurgimiento son cada vez más claras mientras empeoran las relaciones entre Pakistán y un Afganistán bajo el Gobierno interino de los talibanes.