El crimen de Fernando Báez Sosa continúa en juicio oral y hoy se llevó adelante la octava jornada. Los ocho rugbiers, junto a sus familiares, estuvieron presentes escuchando los resultados de las pruebas de ADN sobre la ropa del joven asesinado en Villa Gesell y otras prendas. De esta manera, se detectó que en más de 10 objetivos hay sangre del atacado y esto complicó aún más la situación judicial de algunos imputados, en especial la de Máximo Thomsen
Sin dudas es el más complicado judicialmente porque se detectó que en sus zapatillas, tanto en la suela como en el empeine, hay ADN de la víctima, además de que en el rostro de Fernando Báez Sosa quedó la huella de su zapatilla. Esto fue notificado a sus familiares y su hermano mayor, Francisco Thomsen, rompió el silencio a casi tres años del crimen.
«¿Vos sabes lo que siento viéndolo esposado?. Creo que dijo algo así como es un sufrimiento pero no lo sé porque ya había girado hacia adelante», reveló Paula Bernini en TN sobre esta conversación íntima que tuvieron durante la audiencia. La familia Thomsen estaba cerca de la periodista pero nunca habían hablado con ella, justamente, para no exponerse.
Máximo Thomsen, el más complicado
A lo largo de las jornadas, el nombre de Máximo Thomsen aparece una y otra vez en el crimen de Fernando Báez Sosa. La gran mayoría de testigos lo señalaron como el más agresivo e incluso lo han visto patear al joven cuando ya estaba inconsciente en el piso. Además, las pruebas de ADN, cámaras de seguridad y mensajes de WhatsApp lo ponen en un plano muy complejo porque todo concuerda con que fue el que le dio el golpe mortal.
Sin embargo, esto no le quita responsabilidad a los otros siete acusados que también han tenido contacto con el cuerpo de Fernando Báez Sosa. En los próximos días se espera que los familiares de los imputados hablen ante la Justicia y allí tanto Francisco y sus padres podrán describir como es en la intimidad este joven, de quien también trascendió un video golpeando una bolsa como «entrenamiento».