El Gobierno de Francia anunció el martes el proyecto impulsado por el presidente Emmanuel Macron para retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años, que presagia protestas masivas por el rechazo contundente de sindicatos y la mayoría de la oposición.
«Con una edad legal de jubilación de 64 años a partir de 2030 y 43 años de cotización, lograremos el objetivo: nuestro redistributivo alcanzará entonces el equilibrio», ponderó la primera ministra, Elisabeth Borne. En Francia, los trabajadores activos pagan las pensiones de los jubilados, cuyo porcentaje va en aumento frente a los primeros mientras progresa la esperanza de vida: 85,5 años en mujeres y 79,4 en hombres, informó Télam.
«A partir de 2023, este sistema registrará déficit. A partir de 2027 será de 12.500 millones de euros por año, 15.000 millones en 2030, 25.000 millones en 2040», indicó el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt. En su discurso de Año Nuevo, Macron defendió que la reforma busca equilibrar la caja de las pensiones, que registraría un déficit por el aumento de la esperanza de vida, y proteger su sistema redistributivo.
Para calmar los ánimos, Borne refirió excepciones: aquellos que comenzaron a trabajar antes de los 20 años podrán jubilarse entre los 58 y los 62; militares, bomberos o policías podrán jubilarse también antes. Aunque algunos analistas temen un estallido de ira popular, como los encabezados por los «chalecos amarillos», que afectaron el primer mandato de Macron, a quien rotularon como el «Presidente de los ricos».
El proyecto ya cuenta con el rechazo unánime de los sindicatos, que proyectaban una inminente reunión para fijar fecha de movilización este mes. La edad de jubilación es una de las más bajas de Europa. De salir adelante la reforma, Francia se acercaría a los 67 años adoptados en Alemania o Italia.