Irán ejecutó el sábado a dos hombres por matar presuntamente a un miembro de las fuerzas de seguridad durante las protestas que siguieron a la muerte de Mahsa Amini. Mahsa era una joven kurda iraní de 22 años. Fue asesinada, según las pruebas que se recopilaron, por las propias fuerzas policiales por tener mal puesto el velo. Su ejecución provocó la condena de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y otros países occidentales.
Los dos hombres ejecutados el sábado habían sido declarados culpables de matar a un miembro de la milicia paramilitar Basij. Ya son tres condenados a muerte por el mismo caso y 11 recibieron penas de prisión. «Mohammad Mehdi Karami y Seyyed Mohammad Hosseini, principales autores del crimen que condujo al injusto martirio de Ruhollah Ajamian, fueron ahorcados esta mañana», declaró el poder judicial en un comunicado recogido por la agencia oficial de noticias IRNA.
Irán suma más ejecuciones y condenas
Se elevan a cuatro el número de manifestantes oficialmente ejecutados tras los disturbios que comenzaron tras la muerte de Amini, el 16 de septiembre. El jefe de la diplomacia de la Unión Europea condenó el sábado estas acciones. Así, pidió a Irán que deje inmediatamente de ejecutar sentencias de muerte contra manifestantes y anule las ya existentes.
«Se trata de una muestra más de la violenta represión de las manifestaciones civiles por parte de las autoridades iraníes», declaró Josep Borrell en un comunicado. El Ministerio de Asuntos Exteriores francés calificó las ejecuciones de «repugnantes» e instó a las autoridades iraníes a atender las «legítimas aspiraciones del pueblo iraní».
Amnistía Internacional afirmó el mes pasado que las autoridades iraníes están solicitando la pena de muerte para al menos otras 26 personas. En esta línea, calificó de «juicios farsa concebidos para intimidar a los manifestantes» la decisión del Gobierno de dicho país.