La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció este jueves por sorpresa que no tenía «más fuerzas» para seguir al frente del país, que renunciará a principios de febrero a más tardar y que no se presentaría a la reelección. Conteniendo las lágrimas, Ardern explicó que «habían sido cinco años y medio difíciles como primera ministra» y que «era humana» y «necesitaba dar un paso al lado».
«Este verano esperaba encontrar la manera de prepararme no solo para otro año, sino para otro mandato, porque eso es lo que requiere este año. No he podido hacerlo», expresó Ardern, de 42 años, en una rueda de prensa. «Sé que tras esta decisión se debatirá mucho sobre cuál ha sido la llamada ‘verdadera’ razón… Lo único interesante que encontrarán es que, tras seis años de grandes desafíos, soy humana», continuó.
«Los políticos somos humanos. Damos todo lo que podemos, durante todo el tiempo que podemos, y luego llega el momento. Y para mí, es el momento», agregó. La votación del Partido Laborista neozelandés para elegir nuevo líder tendrá lugar el domingo; el líder del partido será primer ministro hasta las próximas elecciones generales.
El mandato de Ardern como líder concluirá más tarde el 7 de febrero y se celebrarán elecciones generales el 14 de octubre. La premier dijo que creía que los laboristas ganarían las próximas elecciones. El viceprimer ministro neozelandés, Grant Robertson, que también es ministro de Economía, manifestó en un comunicado que no se presentaría como próximo líder laborista, informó Reuters.
El sucesor de Ardern como líder del partido y primer ministro se enfrenta a una dura prueba en unas elecciones generales, con un apoyo a los laboristas a la baja y la previsión de que el país entre en recesión el próximo trimestre. Varios de los ministros tendrían posibilidades para ser elegidos. Entre ellos, el exministro de coronavirus y actual ministro de Educación y de Policía, Chris Hipkins, y la actual ministra de Justicia, Kiri Allen.