El juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, en Villa Gesell, está llegando a su fin. Luego de decenas de testimonios de familiares, amigos, testigos y especialistas, llegó el momento de los alegatos. El miércoles se expidió la fiscalía y Fernando Burlando. Por su parte, el jueves expuso Hugo Tomei, abogado defensor de los ocho rugbiers acusados.
El Tribunal en lo Criminal 1º de Dolores (TOC 1º) el próximo 6 de febrero tendrá el protagonismo que propios y ajenos están esperando. Desde el 18 de enero del 2020, día que ocurrió el crimen, que los familiares de Fernando Báez Sosa y la opinión pública aguardan por la sentencia. Pasados los tres años, finalmente los jueces tendrán que decidir si los imputados recibirán cadena perpetua, prisión con menos años o quedan excarcelados.
El abanico de posibilidades es extenso a causa de los pedidos que hubo por parte de la fiscalía, Fernando Burlando y Hugo Tomei. Tanto los miembros del Ministerio Público como el representante de Silvino y Graciela Báez Sosa, exigieron reclusión perpetua para todos los imputados. Por su lado, el abogado defensor reclamó la excarcelación de sus clientes.
«Se los acusa a todos por igual por el delito de homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso ideal con lesiones”, declaró ante los Tribunales el fiscal Juan Manuel Dávila. Al mismo tiempo apuntó contra los rugbiers sobreseídos, Juan Pedro Guarino y Thomás Colazzo, por «falso testimonio».
Con una exposición apenas superior a la hora, Tomei pidió la absolución de sus defendidos por no haber pruebas que muestren la planificación: «No hubo dolo y no veo la planificación, no hubo estado de indefensión, sino una agresión de mis defendidos hacia el otro grupo y eso hecho debe ser calificado por homicidio en riña o agresión o en su defecto homicidio simple».
Si los jueces dan lugar el pedido de Hugo Tomei, los acusados podrían quedar en libertad. Según informó NA, el homicidio en riña tiene una prisión máxima de seis años. En este caso podrían quedar en libertad por haber cumplido la mitad de la condena. Si se contempla el homicidio con dolo eventual, la pena va de 8 a 25 años de cárcel. La última posibilidad que se baraja es la reclusión perpetua, tal como lo pidió la querella y la fiscalía.