Este martes se inició el segundo día del juicio por el asesinato a Fernando Báez Sosa en Villa Gesell a la salida de un boliche. Los imputados son ocho rugbiers que están detenidos desde enero del 2020, momento del crimen. En la segunda jornada declararon los amigos y el suegro del joven. Los citados contaron cómo fue el ataque y cómo quedó Fernando tras la cobarde golpiza.
En el primer día del juicio, el letrado defensor de los acusados pidió la nulidad del proceso. Con la justificación de llevar a cabo el «debido proceso» trató de postergar el enjuiciamiento de los imputados. A pesar de su intención, el tribunal de dolores rechazó el pedido y dispuso continuar tal como estaba pautado el juicio contra los ocho rugbiers.
El lunes fue momento de los padres de Fernando, Graciela Sosa y Silvino Báez. Ambos contaron la irreparable pérdida que significó el crimen de su hijo. Como consecuencia exigieron cadena perpetua para los responsables del hecho. Todos los incriminados estaban presentes en la sala y debieron oír las sentidas exposiciones de los padres.
El martes fue momento de los amigos de Fernando, quienes estuvieron presente cuando lo emboscaron y lo golpearon en manada: “Lo que recuerdo es que había tres o cuatro pegándole a Fernando y un par evitando que nos acerquemos nosotros, yo que estaba más cerca por ejemplo”, expuso uno de los citados por la justicia de Dolores. «Sé que fueron patadas en el pecho y en la cabeza«, rememoró uno de los amigos.
Según informó NA, el joven agregó que el inicio de la artera y brutal golpiza sucedió por un puñetazo en la cara. El amigo recordó que el golpe en el rostro lo desestabilizó y cayó al piso. Cuando se quiso levantar le siguieron ejecutando trompadas y patadas. Al mismo tiempo contó que Fernando estaba preocupado por la expulsión del boliche porque «no había hecho nada».
Posteriormente fue el turno del padre de la novia de Fernando, Oscar Rossi. El hombre explicó que había ido a Pinamar de vacaciones y recibió el llamado de su hija pidiéndole que se traslade hasta Villa Gesell. “Papá venite, yo estoy en la Comisaría y Fernando en el Hospital”, contó que fueron las palabras de su hija Julieta.
Asimismo narró cómo fue ver el cuerpo de Fernando: “Te juro que no le deseo a nadie ver lo que yo vi en el cuerpo de Fernando, ni un cazador para un animal”, dijo al punto de quebrarse en llanto. Por último recordó a la víctima como «un ser humano extraordinario». Además aseguró que su hija no puede atestiguar porque se encuentra bajo tratamiento psicológico.