Los sindicalistas planean paralizar este jueves Francia y marchar por las ciudades en protesta por la reforma de pensiones del presidente Emmanuel Macron. Las huelgas francesas se han vuelto menos frecuentes, menos perturbadoras y menos exitosas, lo que ha dejado a algunos sindicatos tratando de recuperar relevancia.
Los cambios al sistema de pensiones en 2010 y 2014 causaron numerosas protestas, pero fueron adoptados. Macron ha manifestado que los franceses deben trabajar más para poner el sistema de pensiones en «una base financiera de mayor solidez».
Los sindicatos sostienen que se pueden encontrar los fondos y cuentan con el hecho de que la edad de jubilación anticipada y los generosos beneficios de previsión social son muy apreciados en Francia. «Lo que escuchamos de la gente en el terreno es que va a haber una movilización masiva», dijo Eric Sellini, funcionario del sindicato CGT.
Dos tercios de las personas encuestadas por la firma Odoxa consideraron que la huelga estaba justificada, después de que el gobierno reveló el plan para aumentar la edad de jubilación en dos años a 64. Sellini explicó que «los sindicatos esperaban donaciones para complementar los fondos de huelga para los trabajadores cuyos salarios se redujeron», replicó Reuters.
Descontento en Francia
El objetivo de los sindicalistas es aprovechar el descontento generalizado dejado por el coronavirus y las crisis del costo de vida para impulsar su rechazo a la reforma de las pensiones que se debatirá en el parlamento en las próximas semanas.
«La gente simplemente está harta. Cuando hablamos con los compañeros de trabajo, les disgusta que tendrán que seguir por otros dos o tres años», dijo Simone Legendre, miembro del sindicato CFE-CGC que representa a trabajadores oficinistas. El sindicato más grande del país, CFDT, ha hecho un llamado general para detener los trabajos y unirse a las protestas. Describiendo el día jueves como un punto de partida.
Se esperan huelgas en refinerías y depósitos de combustible operados por TotalEnergies y la unidad local de ExxonMobil. El regulador de transporte pidió a las aerolíneas que cancelen uno de cada cinco vuelos desde el segundo aeropuerto más grande de París.