Tras el crimen de la oficial de policía en la Estación de Retiro, Jonatan Viale expuso la realidad al revés que vive la Argentina. Actualmente, en vez de ser un país serio que tiene a los delincuentes entre rejas y a la gente pacífica viviendo libre, la situación es contraria a esa lógica. De esta forma, el periodista definió a la Argentina como «de caño» por tener sin castigo a criminales y piqueteros que pueden hacer lo que quieran sin consecuencias.
«El ilegal la pasa bien y la policía, el orden, tiene miedo. Un país cómodo para los delincuentes y un país incómodo para la gente decente», recriminó en su columna editorial de Radio Rivadavia. «Si hacés las cosas mal, te va bien. Si cumplís la ley, sos básicamente un tarado. Si hacés las cosas bien te va mal, tan sencillo como eso en la Argentina».
Con respecto al asesinato de Maribel Salazar, Jonatan Viale destacó que ningún organismo de derechos humanos salió a repudiar al homicida. Incluso el kirchnerismo, según él, salió a reforzar el relato ideológico de que las pistolas Taser son «la derecha». Mientras tanto, «la Argentina en este momento es un caos. Por el contrario, el Gobierno te dice que el orden es de derecha».
Por lo tanto, Argentina se está convirtiendo en un país «protodelincuencial», en el cual los propios dirigentes, como Juan Grabois, admiten que robarían si fueran pobres. «‘El delincuente es víctima’, dice el kirchnerismo. Ergo, si el policía disuade una marcha es de derecha, no puede actuar. Entonces, el Estado entrega el monopolio político de la fuerza», amplió.
¿Y el resto de la sociedad?
En paralelo, la mayoría de la sociedad pide solamente vivir bien, con un sueldo que le alcance y con la seguridad suficiente como para poder moverse tranquilo por los lugares habituales. «Estamos pagando con mucha inseguridad la locura de la pandemia, entre ellos, el asesino de la policía. Entonces tiene todo el sentido del mundo que en las cárceles el kirchnerismo se imponga», destacó Viale.
Para cerrar, el politólogo subrayó que no hay un orden real porque el kirchnerismo toma ese concepto como si fuese exclusivo a la dictadura militar. «Por eso Argentina es anómica, porque es legal acampar por horas en la 9 de Julio, tomar la Autopista Dellepiane, destruir el Obelisco, tomar colegios y una fábrica… Todo puede pasar en la Argentina. El acto delictivo no tiene consecuencias», concluyó.