En El Salvador se inauguró una de las prisiones más grandes de Latinoamérica, duplicando la capacidad carcelaria del país, luego que el combate a las pandillas ha incrementado vertiginosamente la población de reos. La prisión, que tiene una capacidad para 40.000 personas, fue inaugurada la noche del martes para ayudar a aliviar una parte de la sobrepoblación en las cárceles.
Desde que el presidente Nayib Bukele solicitó en marzo al Congreso aprobar un estado de emergencia, policías y soldados han arrestado a más de 62.000 supuestos miembros de pandillas y sus colaboradores. Bajo la medida, algunos derechos constitucionales han sido suspendidos, como permitir que las autoridades realicen arrestos sin una orden judicial y dar acceso al Gobierno para intervenir las comunicaciones de los ciudadanos.
Con casi el 2% de su población adulta tras las rejas, El Salvador tiene la tasa de encarcelamiento más alta del mundo. El aumento de la población carcelaria como resultado de la guerra contra las pandillas, que es respaldada por la mayoría de la población, ha puesto a prueba el ya complicado sistema penitenciario del país.
La cárcel más grande de El Salvador, La Esperanza, alberga actualmente a 33.000 personas, a pesar de tener una capacidad de 10.000. El director general de Centros Penales, Osiris Luna, dijo que el llamado Centro de Confinamiento del Terrorismo tiene una extensión de 166 hectáreas, mientras que 600 soldados y 250 policías participarían en las labores de seguridad, informó Reuters.
«Aquellas personas terroristas que estuvieron en toda esa organización para hacer sufrir tanto a nuestro querido pueblo salvadoreño van a estar albergadas y van a estar en el régimen más severo», explicó Luna. Para 2021, el sistema penitenciario de El Salvador contaba con 20 centros de detención con una capacidad para 30.000 personas que albergaban a casi 36.000 reos.