El crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido el 18 de enero del 2020 en Villa Gesell, movilizó a toda la sociedad. Es por ello que el fallo del Tribunal de Dolores fue muy esperado por el país y en redes sociales se celebró la condena a prisión perpetua para cinco de ellos, mientras que los tres rugbiers restantes recibieron quince años de cárcel por ser partícipes del hecho.
Sin embargo, para Fernando Burlando y su equipo, abogados de la querella, esto no es suficiente. En la tarde de hoy se formalizó la apelación a la Cámara Federal de Casación Penal por el fallo del pasado primero de febrero. Para ellos, no hay partícipes secundarios en el caso sino que todos fueron parte de un plan en el cual «se pusieron de acuerdo» para terminar con la vida del joven.
Esto lo presentaron en un escrito de 60 hojas en las cuales fundamentan su postura. Ahora los jueces del tribunal deberán investigar nuevamente el caso. Buscarán que a los ocho rugbiers les den la pena máxima que señala el Código Penal, tal y como adelantaron al salir de la última audiencia por el juicio de Fernando Báez Sosa hace semanas atrás.
Fernando Báez Sosa: la defensa también apeló
Por su parte, el abogado defensor Hugo Tomei también apeló el fallo y consideró que hay «irregularidades» de parte del Tribunal para investigarlo. Es por ello que insistirá con la absolución de los rugbiers o, en su defecto, intentará demostrar que fue un «homicidio en riña». En caso de lograrlo, las penas de todos los acusados se reducirán considerablemente.
De todos modos, no será un trabajo sencillo porque ya se han encontrado disputas entre ellos y Blas Cinalli quiere cambiar de abogado. De ser así, la defensa se dividirá y el pacto de silencio se romperá tras más de tres años. Ahora se espera que cada uno comiencen a defender su propio interés y que ya no sea un solo bloque férreo.
