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POLÍTICA

El papa Francisco reflexionó sobre su vínculo con el peronismo: “¿Qué tendría de malo?”

En un libro que se publicará la próxima semana en la Argentina.

Papa Francisco

La próxima semana se publicará en la Argentina un libro sobre los diez años de Jorge Bergoglio como papa Francisco. En el mismo, el Sumo Pontífice habla de diversos temas, entre ellos, su relación con el país, su vida en el Vaticano, detalles íntimos y hasta su vínculo con la política. Respecto a este último punto, hace referencia a su vínculo con el peronismo. Si bien afirmó que “no” es peronista, se preguntó: “¿Qué tendría de malo (serlo)?”.

El libro en cuestión es ‘El Pastor’, escrito por los periodistas Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti –ya habían realizado años atrás una biografía sobre el entonces cardenal Bergoglio– y editado por Ediciones B. En un fragmento dado a conocer, recopiló Télam, Francisco señala: “Nunca estuve afiliado al partido peronista, ni siquiera fui militante o simpatizante del peronismo. Afirmar eso es una mentira”, agrega el líder religioso.

En esta línea, el Papa añadió: “Tampoco estuve afiliado a Guardia de Hierro como dijeron algunos. Repito, la presencia de esa agrupación en la universidad y mis escritos sobre la justicia social llevaron a que se dijera que soy peronista. Pero en la hipótesis de tener una concepción peronista de la política, ¿qué tendría de malo?”, se preguntó.

A lo largo de los 19 capítulos de la obra, el Papa afirmó que vio una sola vez a los emblemas del movimiento justicialista, Juan Domingo y Eva Perón. “Si no me equivoco, a él lo vi una sola vez cuando enviaban a los abanderados de las escuelas secundarias al Teatro Colón para un encuentro sobre la educación que se hacía allí anualmente. Como tantos otros alumnos recibí de su gobierno una beca de 50 pesos como ayuda para afrontar los estudios”, recordó.

“Y a Evita la encontramos de casualidad con uno de mis hermanos en una unidad básica y la saludamos. Habíamos ido porque en el colegio nos encargaron un trabajo sobre el peronismo y a él se le ocurrió que allí podríamos encontrar material. Teníamos 14 o 15 años. Eso fue todo”, agregó.

El tema de la política y las polarizaciones que atraviesan al mundo también aparecen en el libro. “No somos agua y aceite, somos hermanos. Entonces debemos salir de la categoría del agua y del aceite e ir hacia la fraternidad. Esto es, justamente, lo que en todo conflicto cuesta reconocer: la vocación fraternal de las personas. Cuando la ignoramos empiezan las divisiones. En todas partes es así”, lamentó.

Consultado por su respuesta a quienes lo acusan de “hacer política”, Francisco fue terminante: “Que sí, que estoy haciendo política. Porque toda persona tiene que hacer política. El pueblo cristiano tiene que hacer política. Cuando leemos lo que decía Jesús comprobamos que hacía política”, defendió. Luego, puntualizó: “¿Y qué es política? Un estilo de vida para la polis, para la ciudad. Lo que no hago, ni debe hacer la Iglesia, es política partidaria”.

“Pero el Evangelio tiene una dimensión política, que es convertir la mentalidad social, incluso religiosa, de la gente”, subrayó. En ese contexto, el pontífice repasó citas bíblicas y la figura de Jesús para sostener ese aspecto del Evangelio. Así, para el Papa, “cuando Jesús no entra en el juego de los fariseos por su moralina, ni en la provocación de los zelotes, ni en el desafío ateo de los saduceos, ni en el misticismo de los esenios, está haciendo política”.

“Cuando dicen que ‘el Papa en lo social es comunista’, la respuesta es que no, que hay que leer lo que dice el Evangelio. Pido que lean las Bienaventuranzas. Que lean cómo Jesús se comportaba con la gente; que comprueben que era un revolucionario en el mejor de los sentidos; que, con el fin de curarlos, se acercaba a los leprosos cuando nadie lo hacía. Y actuaba con gran libertad”, argumentó Francisco.