Georgina Barbarossa recordó la desgarradora muerte de su marido ESPECTÁCULO El Intransigente

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Georgina Barbarossa recordó la desgarradora muerte de su marido

Georgina Barbarossa confesó el duro momento que atravesó tras la muerte de su esposo.

La conductora se sumó a la campaña.

La herida de la perdida jamás terminó de cicatrizar para Georgina Barbarossa, quien perdió a su esposo hace 20 años. En el año 2001, la actriz recibió uno de los peores golpes de su vida, al perder a su pareja a sangre fría. Puesto que Miguel Ángel Lecuna fue interceptado por ladrones mientras se tomaba un taxi en Palermo. El hecho sigue siendo recordado.

Sin embargo, Georgina Barbarossa se refirió del tema a través de una entrevista con Marcelo Polino por Radio Mitre. En primer lugar, la diva arrancó la entrevista contando su presente laboral: «Cuando me llamaron de Telefe ni lo dude. Tenía muchas ganas de volver a la mañana, ese es mi público. La gente no tiene ganas de ver la actualidad, la actualidad es tan dura está tan duro ver y todo es muy triste».

Posteriormente, empezó a relatar el desgarrador momento de su perdida: «Después de enviudar, yo era un ente. Yo a mis hijos los mandé igual al colegio después del asesinato del Vasco. No quería que vivan esa tragedia(…)Me levanté de la cama por los chicos y trabajé por ellos. El motor fueron mis hijos, yo no sé qué hubiese hecho si no hubiese tenido a mis hijos», aseguró Georgina Barbarossa.

Georgina Barbarossa y el juicio

La justicia fue esquiva para la familia de Georgina Barbarossa quien relata la odisea del proceso judicial por su esposo: «Podés volver a reírte, podés estar alegre, pero no es lo mismo. La herida te queda siempre(…)El juez Axel López largó a los asesinos. Lo largaron por buena conducta. Ese juez también largo a un violador y volvió a violar».

La actriz no pudo ocultar su indignación ante los hechos 20 años después: «El fiscal vino a decirme que no lo mirase de esa manera. Mi manera era de odio descomunal. Yo tenía ganas de matarlo con mis manos, de ahorcarlos en ese momento. Los asesinos del Vasco me miraban a los ojos y eso me sacaba de quicio», concluyó Georgina Barbarossa.

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