La inseguridad en Rosario por el narcotráfico ha llegado a niveles extremos. Tal es el punto de preocupación que manejan en Santa Fe, que el presidente de la Corte Suprema de Justicia se tuvo que comunicar con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández. El magistrado le pidió que refuerce la seguridad de algunos fiscales y jueces que fueron amenazados de muerte.
En medio del juicio político a los cuatro miembros del máximo tribunal, se dio una tregua entre el Judicial y el Ejecutivo. Aunque los ánimos entre ambos poderes están en punto de ebullición, el contexto que atraviesa Rosario ameritó un cese al fuego. Es por eso que Horacio Rosatti, máxima figura de la Corte, entabló conversaciones con Aníbal Fernández.
La comunicación tenía un solo objetivo: reforzar la custodia de fiscales y jueces amenazados de muerte en Rosario. Aurelio Cuello Murúa, juez federal de Venado Tuerto, y Javier Arzubi Calvo, fiscal federal, fueron advertidos por medio de mensajes. Entre otras víctimas de las amenazas se encuentra Susana Pepino, fiscal del Ministerio Público de la Acusación (MPA), y Leonel Chiarella, intendente de Venado Tuerto, informó NA.
Los problemas en Rosario ya no son entre bandas, también se sumaron hechos de suma preocupación dentro de la Justicia. En más de una ocasión han sufrido balaceras diferentes comisarias, Servicios Penitenciarios, dependencias judiciales, entro otros. La intranquilidad llegó hasta la Corte Suprema y el presidente del tribunal decidió reclamarle más seguridad al ministro nacional.
La comunicación se dio en una coyuntura compleja entre Nación y el gobierno de Santa Fe. Hace algunos días Omar Perotti expresó su disidencia con el titular de la cartera de Seguridad: «Aníbal Fernández nos pide que las provincias nos encarguemos de delitos federales como el narcotráfico. Eso demuestra que el Gobierno nacional abandona Rosario. Sólo falta que le pidan a Santa Fe custodiar las fronteras del país para que no entren armas o drogas».
