En horas del mediodía del 6 de febrero, los Tribunales de Dolores dieron sentencia a los ocho rugbiers por el crimen de Fernando Báez Sosa. Cinco de ellos fueron condenados a cadena perpetua, mientras que los tres restantes recibieron 15 años de cárcel. Este veredicto fue muy esperado por la sociedad, pero más aún por los padres del joven asesinado: Silvino Báez y Graciela Sosa.
Ante la gran presencia de personas en las afueras del tribunal, horas después brindaron una conferencia de prensa en la cual expresaron cómo se sienten tras la decisión de la Justicia. «Después de tanta espera sonó fuerte cuando dijo perpetua y sentí una emoción al escuchar eso. Me dio paz en mi corazón. Ahora se quienes fueron los que realmente asesinaron a mi hijo. Hace tres años quería escuchar esto», reconoció la madre del joven asesinado en Villa Gesell.
«Casi todas las audiencias fueron difíciles, no es fácil ver como asesinan a tu hijo. Me costó muchísimo, no podía dormir de noche. Veía como apoyaba un brazo y con la otra mano pedía piedad para que dejen de pegarle patadas y no ocurrió. En ningún momento llegué a ver una riña, solo lo ví en el suelo a un chico tirado en el suelo implorando por su vida. Eran 8 contra un inocente indefenso. Lo tendieron una emboscada, atacaron a su presa como hienas», afirmó.
En este mismo sentido, reconoció que «culmina una etapa que hace mucho esperábamos. Inicia una nueva que de a poco iremos viendo, vamos a hacer nuestro duelo y aprender a convivir con el dolor. Estoy conforme y pude sonreír un poco. Vamos a seguir como podamos con nuestras vidas». También, lamentó que «todos hayan sido sentenciados» por el crimen de Fernando Báez Sosa aunque «mañana es un nuevo día para nosotros. Hoy siento paz en mi corazón y debemos seguir hacia adelante».
Crimen de Fernando Báez Sosa: apelarán el fallo
Si bien Graciela Sosa intentó no profundizar en temas legales, adelantó que sus abogados planean apelar al fallo de la Justicia. «Seguramente eso lo van a ver nuestros abogados, estamos muy confiados en ellos. Seguiremos apoyándolos y luchando». También les consultaron acerca de la postura que tomaron los rugbiers a lo largo de todo el juicio y de hoy, que luego de recibir la condena de pie comenzaron a llorar y lamentar lo sucedido.
«No les presté atención a ellos, en mi mente mantengo como asesinaron a mi hijo. Me pareció que era actuado lo que hicieron. Siempre tengo presente la patada que le dieron, la sangre en su ropa y la zapatilla. No me conmovió para nada, sabían lo que hacían y disfrutaron al asesinar a mi hijo. Mi hijo quiso ir a divertirse nada más. Como padres lo estábamos esperando y regresó en un cajón cerrado del que nunca más va a salir, su ausencia es perpetua y nuestro dolor es perpetua para siempre», concluyó.
