El kirchnerismo logró el quórum y se encamina hacia la aprobación del proyecto de moratoria previsional, que beneficiaría a 800 mil jubilados que no llegaron a aportar durante 30 años. Desde los momentos previos hasta ahora, el debate en la Cámara de Diputados está cargado de tensiones y una fuerte oposición por parte de Juntos por el Cambio.
El comunicado de Juntos por el Cambio
Horas atrás, el espacio opositor emitió un comunicado en contra del programa de regularización de deudas previsionales. Juntos por el Cambio, por redes sociales, lamentó “la decisión de seguir emparchando el sistema previsional en perjuicio de todos los jubilados”. De esta manera, sostienen que la propuesta es injusta para quienes aportaron toda su vida.
«El requerimiento de 30 años de aportes necesarios para acceder a los beneficios previsionales del régimen general jubilatorio es cumplido sólo por una parte reducida de la población, debido a la persistente inestabilidad macroeconómica y a la alta informalidad laboral. Hoy sólo uno de cada cuatro jubilados que obtuvo el beneficio previsional lo hizo cumpliendo todos los requisitos exigidos por llamado ‘régimen general'», menciona el escrito.
«Durante muchos años se buscó disimular a través de moratorias el verdadero problema del sistema, que es la altísima informalidad del mercado laboral argentino, sin atacar el problema. Pero la inclusión de una enorme cantidad de personas sin aportes a un sistema contributivo, en el largo plazo, lo daña de muerte. El resultado es su insostenibilidad y el deterioro permanente de los haberes jubilatorios de millones de argentinos».
«Hay que decirlo con todas las letras: el kirchnerismo reparte recursos que no existen. En vez de generar más derechos con un crecimiento económico sostenible, con más inversión y más empleo de calidad registrado, por el contrario, genera más déficit fiscal y luego, para reducirlo, recorta el gasto previsional con la aplicación de una movilidad jubilatoria que siempre es inferior a la altísima inflación que hoy tenemos en la Argentina», dice otra parte del comunicado.
Cómo el kirchnerismo alcanzó el quórum
El oficialismo logró la asistencia perfecta con sus 118 integrantes sentados en sus bancas (incluida la presidenta de la Cámara Baja, Cecilia Moreau). Se sumaron los cuatro diputados del Frente de Izquierda (Myriam Bregman, Nicolás del Caño, Romina del Plá y Alejandro Vilca) y dos diputados del Frente de la Concordia (Diego Sartori y Carlos Fernández). También, Luis Di Giácomo, de Juntos Somos Río Negro. Pero, faltando un puñado de minutos para las 11, todavía le restaban cuatro representantes para llegar al número de 129.
A último momento ingresaron los socialistas santafesinos Mónica Fein y Enrique Estévez. Los siguieron de los peronistas disidentes de Identidad Bonaerense Alejandro «Topo» Rodríguez y Graciela Camaño. Con la sesión iniciada, los diputados de Juntos por el Cambio bajaron al recinto para participar del debate. Desde el 24 de noviembre que la Cámara baja no sesionaba, debido a la reticencia de la oposición en dar el quórum.
Los cruces más acalorados
El diputado Martín Tetaz denunció al gremio de ANSES por el escrache a legisladores opositores. Los afiches los señalaban de ser los culpables de querer impedir la jubilación de casi un millón de personas. “Han empapelado las oficinas de ANSES con carteles con las fotos de muchos legisladores. No solo es fascista sino totalmente mentiroso”, dijo.
Graciela Camaño (Identidad Bonaerense) también protagonizó otro tenso momento contra el kirchnerismo. En plena sesión, denunció a los gritos la presencia en los palcos del recinto de Carlos Ortega. Se lo señala por ser el gremialista de la seguridad social al que le atribuyó la autoría intelectual de los afiches de escrache.
Por su parte, la diputada del Frente de izquierda Romina del Plá usó una cuestión de privilegio contra su par de Avanza Libertad José Luis Espert por lo que catalogó como un «ataque fascista» al movimiento piquetero. La legisladora del partido Obrero se refirió así a la expresión «cárcel o bala» que en varias oportunidades el referente libertario profirió contra el dirigente social del Polo Obrero Eduardo Belliboni, y que desde la izquierda interpretan como una «amenaza de muerte».