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POLÍTICA

Narcos en Rosario: Perotti le pidió a Alberto Fernández que intervenga en la ciudad

Hace unos días, Aníbal Fernández acusó al gobernador de Santa Fe de «abandonar» la ciudad de Rosario. «Es su provincia, es su policía», le había recriminado.

Rosario

Debido al elevado número de crímenes relacionados a narcos en la ciudad de Rosario, el presidente Alberto Fernández accedió a reunirse con el gobernador Omar Perotti. A solas en la Casa Rosada, el mandatario de Santa Fe le pidió al jefe de Estado que intervenga en la seguridad y que mande fuerzas federales. El encuentro también sirvió para calmar tensiones tras las acusaciones del ministro de Seguridad Aníbal Fernández contra Perotti, a quien señaló por «abandonar» Rosario.

Según supo LN+, la reunión duró una hora. Luego de un intercambio acalorado, cada uno con sus argumentos, el Fernández aceptó el pedido de Perotti para que ingrese en las sesiones extraordinarias el proyecto de reforma judicial en Santa Fe. Este apunta a la creación de juzgados y fiscalías federales en el distrito para reforzar la justicia.

Asimismo, abordaron otras estrategias para frenar el avance de estos sucesos ilícitos en Rosario. Por un lado, mencionaron la idea de distribuir gendarmes en los barrios más críticos para que trabajen en colaboración con la policía local. También acordaron la pronta instalación de una sede de la Unidad de Información Financiera (UIF). La entidad apuntaría a prevenir los lavados de activos.

El arzobispado de Rosario también se mete en la discusión

El Equipo Arquidiocesano de Pastoral Social de Rosario se metió en la problemática que asola a los vecinos. En un comunicado, afirmaron que la violencia narco en la ciudad santafesina «angustia, restringe la libertad y enluta». Y alertó que el crecimiento del negocio de la droga no se puede explicar «a no ser que esté cobijado por sectores del poder».

«Nuestra dignidad es desconocida y vulnerada. No solamente por la pobreza que castiga a grandes sectores sino también por la violencia que nos angustia, restringe nuestra libertad y enluta», lanzó la Iglesia. En ese sentido, el Arzobispado aseguró que «la falta de empleo, de salud, de educación, de horizontes de sentido para la vida, un sistema previsional debilitado, instituciones públicas degradas, los atentados al medioambiente, la decadencia ética, han generado un terreno propicio para que arraiguen las adicciones y el narcotráfico».

Y añadió: «Nadie puede decir que no tiene responsabilidades ni algo que aportar a la solución. Pero son las autoridades las que cuentan con mayores recursos tanto para eliminar las causas como las nefastas consecuencias de la violencia criminal». «Sólo así se podrá lograr la paz tan largamente anhelada que posibilite la convivencia fraterna que nos merecemos», concluyó.