Los «pecados capitales» de la política y de ciertos individuos, como los asesinos de Fernando Báez Sosa, están actualmente en boca de la sociedad. Jonatan Viale expuso las falencias y las acciones funestas de las personas que nombró para dar cuenta de cómo, ya sea a las afueras de un boliche o en las altas instituciones, se cometen actos insólitos y pecaminosos.
El primero que nombró fue el de la soberbia y ejemplificó con las declaraciones del ministro de Economía Sergio Massa, quien el 24 de enero de este año trató a Uruguay de «hermano menor del Mercosur. “Gracias Sergio Massa, pero no creo que ningún uruguayo quiera ser cuidado por un ministro de Economía que tiene un dólar cotizando a 350 pesos”, respondió un senador del presidente Luis Lacalle Pou. Y en la misma línea contestó el periodista en Radio Rivadavia, agregando que el salario mínimo en dólares es de los más bajos de la región.
El otro pecado que nombró es el de la ira, y aquí nombró a los criminales que patotearon a Fernando Báez Sosa hasta matarlo. Jonatan Viale destacó la declaración de Máximo Thomsen, quien minimizó la situación al decir que «murió un joven de nuestra edad». Ante ello, aclaró que «no murió, lo asesinaron», y repasó los festejos y desidia tras la muerte de Fernando. Casi lo mismo que sucedió en el caso de Lucio Dupuy, otro que conmocionó a todo el país y destapó la maldad de su madre y la pareja de ella.
Los otros pecados
El tercer pecado capital es la gula, esta vez realizado por Alberto Fernández y sus polémicos dichos sobre «las quejas» de las personas. A pesar de la pobreza de 18 millones de personas, el presidente se enfocó en decir que las únicas quejas que escucha de la gente ocurren por las largas esperas para entrar a comer a un lugar. La envidia es tal vez más general ante los casi nulos porcentajes inflacionarios de los demás países de la región, dejando a un lado Venezuela.
En tanto, Viale volvió a nombrar a Fernández para destacar la pereza, el quinto pecado, al no estudiar los discursos de Estado. Su inconsciente no pudo lidiar con la ignorancia y el nerviosismo. La lujuria también se da lugar en el Gobierno, con Axel Kicillof financiando con dinero público geles íntimos, más exactamente $500 millones. Finalmente, cerró con la avaricia la puesta en marcha para imprimir el billete de $2000, que tendrá un valor de solamente USD 5,26.
El bonus track de Jonatan Viale
Por último, aunque no es un pecado per sé, el politólogo destacó la mayor falencia del jefe de Estado: la mentira. Pasó con la «inflación autoconstruida» hace unos días y también pasó con el vacunatorio VIP. «Estamos ante el presidente que más daño le hizo a la sociedad y a sí mismo a través de la mentira. Estamos ante el presidente que más destruyó la palabra y la autoridad presidencial», expresó.