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San Pablo: ya son 48 los muertos por las grandes inundaciones

«Actualmente, estamos trabajando con un recuento de al menos 38 personas desaparecidas», explicó el gobernador de San Pablo, Tarcisio de Freitas.

San Pablo

El número de muertos por las fuertes lluvias que devastaron las zonas costeras del estado de San Pablo, en el sureste de Brasil, llegó a 48 personas, según mostraron este miércoles cifras oficiales, pero decenas seguían desaparecidas mientras continuaban las labores de búsqueda y rescate.

«Actualmente, estamos trabajando con un recuento de al menos 38 personas desaparecidas», explicó el gobernador de San Pablo, Tarcisio de Freitas. Los aguaceros masivos han causado deslizamientos de tierra e inundaciones desde el pasado fin de semana en las localidades costeras del estado más rico de Brasil, afectado hasta ahora por más de 600 milímetros de lluvia, la cifra acumulada más alta en la historia del país.

La ciudad de Sao Sebastiao, ubicada a unos 200 kilómetros de San Pablo, llevó la peor parte del número de víctimas mortales, con 47 de las muertes reportadas. Pero localidades cercanas como Ilhabela, Caraguatatuba, Bertioga y Ubatuba también se vieron fuertemente afectadas.

El gobierno estatal dijo que se esperaban más lluvias para este miércoles, ya que un nuevo frente frío favorece la formación de nubes pesadas sobre la región. Los meteorólogos advirtieron que se prevé que caigan «chubascos moderados a fuertes» hasta la tarde, después de una mañana nublada, informó Reuters.

Las rutas claves como las Mogi-Bertioga y Río-Santos permanecieron bloqueadas debido a deslizamientos de tierra. Mientras que la compañía sanitaria estatal, Sabesp, logró restablecer el suministro de agua a la región. Las inundaciones en San Pablo fueron las últimas de una serie de desastres de este tipo que recientemente afectaron a Brasil.

En este estado, donde las construcciones de mala calidad pueden tener consecuencias trágicas durante la temporada de lluvias del país. El diluvio cayó cuando los turistas acudían a las playas durante las vacaciones de Carnaval, lo que probablemente empeoró mucho el número de víctimas.