Este martes, el vicepresidente turco, Fuat Oktay, declaró que el número de muertos por los terremotos centrados en el sureste de Turquía ascendía a 3.419, con lo que el total, incluidos los fallecidos en Siria, supera los 5.000. En declaraciones a la prensa, Oktay dijo que «las duras condiciones meteorológicas dificultaban la llegada de ayuda a las regiones afectadas y la realización de rescates».
Agregó que solo se permitía entrar o salir de Hatay, Kahramanmaras y Adiyaman, tres de las provincias más afectadas, a los vehículos de rescate y ayuda. «Las operaciones de rescate se están centrando en esas tres provincias y en Malatya», explicó Oktay.
La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias de Turquía informó que se han desplegado 13.740 efectivos de búsqueda y rescate en la región afectada por el terremoto, pero el nivel de daños es enorme, con casi 6.000 edificios destruidos en el sur de Turquía. «Solo en Hatay más de 1.200 edificios han quedado destruidos», según el ministro de Sanidad, Fahrettin Koca.
En Siria, donde el seísmo ha causado más daños a unas infraestructuras ya devastadas por 11 años de guerra, el número de muertos asciende a algo más de 1.600, según el Gobierno y un servicio de rescate en el noroeste, controlado por los insurgentes, replicó Reuters.
El número de muertos en las zonas controladas por el gobierno sirio ascendió a 812. En el noroeste, la cifra de muertos superaba las 790 personas, según la defensa civil siria, un servicio de rescate conocido como los Cascos Blancos y conocido por sacar a la gente de entre los escombros tras los ataques aéreos gubernamentales.