A medida que fue pasando el tiempo a partir de 2019, la gestión del presidente Alberto Fernández se vio cada vez más involucrada en críticas por distintas razones. Desde la fiesta clandestina en Olivos hasta el casi 100% de inflación, el oficialismo se ha ido debilitando en contraste con otros bloques políticos. Aun así, como destacó Jonatan Viale, el apoyo se fue diluyendo hasta en su propio espacio. El periodista, en este sentido, expuso las humillaciones y críticas de referentes del Frente de Todos hacia un presidente acorralado.
En su columna editorial de Radio Rivadavia, recordó cuando el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni trató a Fernández de «borracho». O cuando el locutor Víctor Hugo Morales le dijo que «es demasiado tarde» para darles guerra a los especuladores. O cuando Máximo Kirchner, líder de La Cámpora, trató al jefe de Estado de «aventurero».
Hasta que un día la vicepresidenta Cristina Kirchner dejó, como indicó Jonatan Viale, «de mandar a sus cadetes» para explicarle ella misma al mandatario la decepción de la gente. «No saben cómo decirle ‘señor, bájese, es un desastre’. Yo le agregaría que ustedes también son un desastre, Cristina», retrucó. Y agregó: «Aun así, a pesar de todas estas advertencias, el presidente en Tucumán fingió demencia y lanzó su reelección».
El análisis de Jonatan Viale del momento más tenso del oficialismo
El politólogo opositor también destacó la entrevista de Alberto Fernández en Urbana Play, sobre todo cuando María O’Donell le preguntó si volvería a compartir fórmula con la vicepresidenta. Ofuscado, respondió que «eso es cosa del pasado», cuestión que, según Viale, despertó el enojo de Cristina y atinó a llamarlo «irrespetuoso» e «ingrato».
«Lo peor que le podés hacer a esta señora es jubilarla. Lo único que quiere es poder y plata, y el presidente la retiró», dijo. Además, puso contra las cuerdas al ministro Sergio Massa, quien en los últimos años cambió totalmente su discurso hacia Cristina y el kirchnerismo, y destacó que la persona «pasada» es ahora su jefa.
Por ello, la mesa nacional del 16 de febrero se verá sin una pata menos con las ausencias de la vicepresidenta y de Máximo Kirchner. Y así, en conclusión, a pesar de los intentos de salvataje de un Gobierno cada vez más hundido, la reprobación general de la sociedad ya está fundada. «Nadie se quiere quedar en el barco que se hunde», indicó.
