El presidente Alberto Fernández rompió el silencio tras su internación, ocurrida el día martes. En breves palabras, contó que el dolor lumbar que lo afecta «se aplacó a base de analgésicos», pero remarcó que la hernia de disco le exige «acotar la actividad». «Me siento bien. Una hernia de disco que se desplaza genera un dolor muy intenso. Ese dolor ha mermado a base de analgésicos pero me exige acotar la actividad», sostuvo el mandatario.
En declaraciones a medios, el jefe de Estado destacó que el próximo viernes se someterá a un bloqueo: «Ya estoy con menos dolor y el viernes estaré listo. Todo es ambulatorio. Nada grave. Aunque doloroso». Ante el padecimiento físico, que lo obligó a concurrir al Sanatorio Otamendi el pasado martes, Alberto Fernández señaló que «por orden médica es mejor llevar la agenda a Olivos para acotar la movilidad».
«Mi agenda seguirá en Olivos. Lamentablemente, debí suspender los viajes que tenia previstos a Chaco y a Entre Ríos, que trataré de hacerlos la semana entrante», amplió. Además, comentó que ya tiene antecedentes de haber padecido dolores en la misma zona de su columna: «En ese mismo disco tuve el mismo problema hace 16 años y me sometí al mismo tratamiento con resultados muy buenos. No es nada grave, aunque sin tratamiento adecuado te genera dolores muy intensos».
El diagnóstico de Alberto Fernández
Tras ser asistido en el Sanatorio Otamendi, la Unidad Médica Presidencial (UMP) había informado que al mandatario se le habían realizado «los estudios correspondientes, evidenciándose una hernia de disco lumbar». Ante ello, «se realizará un bloqueo radicular programada en 48/72 horas», había indicado el área conducida por Federico Saavedra.
En el escueto texto oficial, que se difundió minutos antes de las 22 del martes pasado, se detalló: «Se le indica reposo y adecuar sus actividades en la Residencia Presidencial de Olivos (R.P.O.)». Además, dentro de las 72 horas, le realizarán un bloqueo radicular, un tratamiento para calmar la inflamación de la raíz nerviosa y aliviar el dolor.