El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) visitó este miércoles la central nuclear de Zaporiyia, controlada por Rusia, en el sureste de Ucrania, como parte de los esfuerzos para evitar el riesgo de un accidente atómico. Rafael Grossi llegó en automóvil a la mayor central nuclear de Europa para examinar la situación en el lugar, dijo un portavoz del organismo.
Grossi quiere evaluar de primera mano la «situación de la seguridad nuclear» y seguir adelante con los esfuerzos para llegar a un acuerdo que proteja la central. «No me doy por vencido de ninguna manera. Creo que, por el contrario, debemos multiplicar nuestros esfuerzos, debemos continuar», explicó el argentino a Reuters.
Moscú y Kiev se han acusado mutuamente en repetidas ocasiones de bombardear el emplazamiento de la central durante el último año. Grossi ha abogado por un acuerdo de seguridad entre Ucrania y Rusia para proteger las instalaciones. El director del OIEA dijo que la situación en la planta seguía siendo «muy peligrosa» y «muy inestable».
Además, señaló que la actividad militar en la región había aumentado en las últimas semanas. Rusia, que invadió Ucrania en febrero del año pasado, ha estado presionando con una ofensiva de invierno en el este, mientras que se espera que Ucrania lance una contraofensiva utilizando tanques y vehículos de combate suministrados por Occidente, informó Reuters.
La central nuclear de Zaporiyia era una parte muy preciada de la red energética ucraniana y representaba alrededor del 20% de la producción nacional de electricidad antes de la invasión rusa. No produce electricidad desde septiembre, cuando se desconectó el último de sus seis reactores. Es la segunda visita de Grossi a la central de Zaporiyia desde que fue capturada por las tropas rusas.