El presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró que la impopular reforma jubilatoria que impulsa su Gobierno «es necesaria», aunque «hubiera preferido no hacerla». «No me hace feliz. Esta reforma no es un lujo, no es divertido, es una necesidad para el país», sostuvo Macron. También anticipó que la nueva ley entrará en vigor a fines de este año.
«¿Creen que disfruto haciendo esta reforma? No», insistió. «Pero no hay cien maneras de equilibrar las cuentas (…) esta reforma es necesaria», añadió. Hasta que el Gobierno sacó adelante el proyecto de ley de pensiones sin someterlo a votación, las protestas contra un proyecto de ley que ampliaba en dos años la edad de jubilación, hasta los 64 años, habían reunido a grandes multitudes pacíficas en concentraciones organizadas por los sindicatos, informó NA.
No obstante, desde la decisión del Gobierno de saltarse la votación en el Parlamento la semana pasada, las protestas se volvieron más violentas, con incendios de contenedores de basura y barricadas cada noche en medio de refriegas con la policía.
Este jueves, los manifestantes también bloquearon estaciones de tren en las ciudades meridionales de Niza y Toulouse. Estas protestas, junto con las huelgas que afectan a los depósitos de petróleo, el transporte público y la recogida de basura, representan el desafío más serio a la autoridad del presidente centrista desde la revuelta de los «chalecos amarillos» de hace cuatro años.
En una entrevista televisada, Macron dijo que lo que llamó «violencia extrema» no es aceptable, aunque respetó el derecho a las protestas pacíficas. «Nos aseguraremos de que se pueda reanudar una vida lo más normal posible frente a los pocos que bloquean las cosas», señaló.