La basura se acumuló en las calles de París y las entregas de combustible fueron bloqueadas desde las refinerías, mientras los trabajadores continuaban con las huelgas contra la reforma de las pensiones. El presidente Emmanuel Macron se negó a reunirse con los sindicatos y dijo que la reforma debe seguir adelante.
Mientras continuaba el debate sobre la reforma en el Senado, los trabajadores impidieron que las entregas de combustible salieran de las refinerías de TotalEnergies y Esso el viernes, mientras que se interrumpió el suministro de energía y se retrasó el mantenimiento en algunos reactores nucleares de EDF.
Hasta ahora, el impacto no ha sido mayor, ya que el clima frío ha impedido que la basura en París y otras ciudades apeste. Si bien aún no hay filas en las estaciones de servicio, los automovilistas y los operadores de las estaciones de servicio anticiparon interrupciones.
En una carta a los sindicatos, Macron se negó a aceptar su solicitud de reunión. Además, dijo que los sindicatos habían tenido mucho tiempo para negociar con el gobierno en los últimos meses y que ahora era el momento de que el parlamento revisara la reforma, cuya medida clave es una extensión de dos años de la edad de jubilación a 64 años, informó Reuters.
«No subestimo el descontento que expresas ni el temor de muchos franceses de que no haya una jubilación para ellos», expresó Macron en la carta. Agregó que no comprometería la necesidad de restablecer un equilibrio financiero duradero del sistema de pensiones para garantizar las pensiones de las generaciones futuras.