Romina fue apoyada y cuestionada por separarse de sus hijas para cumplir sus objetivos en «Gran Hermano». Después de cinco meses de aislamiento y casi con un pie en la final, la participante oriunda de Moreno tuvo la oportunidad de reencontrarse con las nenas y realizó una confesión vinculada al tópico.
Tras compartir unos minutos charlando y jugando con las pequeñas, Santiago del Moro interrumpió el momento y le consultó a Romina sobre sus emociones. «Me agarraban momentos de mucha angustia, tristeza. Me agarraba varias veces de las manos, en la pileta», indicó la integrante de «Gran Hermano» sobre sus primeras semanas en la casa.
Además, Romina contó que la asistencia profesional le resultó esencial para poder sortear la situación: «Tenemos los psicólogos, porque sino estuviesen los psicólogos yo no aguantaba. Yo me iba». Emocionada, la aliada de Julieta en el ciclo le contó al presentador que sus nenas están al tanto de todo lo que sucede en el reality.
«Me ven todo el tiempo, y uno no toma consciencia de eso. Nosotros estamos acá encerrados y es como que no nos ve nadie… Te sentís solo. Hubo muchas veces que quería saltar la pared, me quería ir porque sentía que no aguantaba», expresó la exdiputada visiblemente conmovida por los comentarios que recibió de sus seres queridos.
Opiniones encontradas
Aunque en el panel del «Debate de Gran Hermano» dudaron de la autenticidad de Romina, Sol Pérez fue una de las que bancó a la competidora del ciclo. «No nos olvidemos que la ven por televisión… Para mí fue hermoso. Esto es real, es una mamá que no ve hace mucho a sus hijos. Es una emoción totalmente real… Eso me parece que no podemos juzgar, te puede gustar o no Romina, pero que la emoción es real…», aseguró la columnista.