Han pasado apenas cuatro meses desde que la empresa de inteligencia artificial OpenAI lanzó ChatGPT y, sin exagerar su importancia, cambió el mundo para siempre. En solo 15 breves semanas, provocó predicciones apocalípticas en los mercados laborales mundiales, interrumpió los sistemas educativos y atrajo a millones de usuarios, desde grandes bancos hasta desarrolladores de aplicaciones.
Pero ahora es adiós a ChatGPT y hola a ChatGPT-4, una herramienta aún más poderosa, que seguramente tendrá repercusiones aún mayores en todo el mundo. Una de las características más deslumbrantes de esta nueva versión es la capacidad de manejar no solo palabras, sino también imágenes, en lo que se denomina tecnología «multimodal».
Un usuario tendrá la capacidad de enviar una imagen junto con el texto, los cuales ChatGPT-4 podrá procesar y discutir. La capacidad de entrada de video también está en el horizonte. Pero al igual que su predecesor, ChatGPT-4 no es demasiado bueno para razonar sobre eventos actuales, dado que fue entrenado en datos que existían antes de 2021.
OpenAI dijo que la última versión «todavía tiene muchas limitaciones conocidas en las que estamos trabajando, como abordar los prejuicios sociales, las alucinaciones y las indicaciones contradictorias». Para poder usar la nueva aplicación, los usuarios deben registrarse en OpenAI y pagar una suscripción de 20 dólares al mes, informó Bloomberg.
Si bien Microsoft se ha comprometido a invertir 10.000 millones de dólares en OpenAI, otras empresas tecnológicas se apresuran a hacerse con una parte de la acción. Google ya ha lanzado su propio servicio de inteligencia artificial, llamado Bard. Mientras que una gran cantidad de nuevas empresas están persiguiendo el tren de la inteligencia artificial. En China, Baidu está a punto de presentar su propio bot, Ernie.