La inseguridad en Argentina crece día a día y en Santa Fe, más precisamente en Rosario, llegó a niveles inesperados. Ante esto, el Poder Ejecutivo ordenó el envío de gendarmes y policías federales para detener el avance de los grupos narcotraficantes. Sin embargo, la Iglesia no quedó conforme con ello y apuntó contra Alberto Fernández, la Justicia y otros organismos.
Por medio de un comunicado, remarcaron que «asistimos a un fenómeno que agrava dolorosamente esa problemática; lo que parecería ser una escalada de violencia sin fin con inusitada frecuencia en la ciudad de Rosario en la provincia de Santa Fe, donde diariamente se conocen episodios conmovedores, de lo que aparecería como crimen organizado que se cobra víctimas fatales en forma indiscriminada», detallaron.
En este marco, recordaron que la Conferencia Episcopal Argentina había alertado de esta situación creciente. Es por ello que denunciaron «complicidad y corrupción de algunos dirigentes» en nombre del «ciudadano común». Al respecto, señalaron que «lla sociedad a menudo sospecha que miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos«.
En este contexto, explicaron que «esta realidad debilita la confianza y desanima las expectativas de cambio» pensando a futuro. Así, la Iglesia dejó en claro su preocupación por la inseguridad en Santa Fe y en otros puntos del país y, sin mencionarlo, pidieron medidas más severas contra las bandas narcotraficantes que tomaron el control allí.
El plan del Gobierno
Frente a la escalada de la inseguridad, el Gobierno nacional envió cerca de 400 efectivos para detener el avance de los narcotraficantes. 150 son de la Policía Federal y los restantes responden a Gendarmería. Si bien esto calmó las aguas en Santa Fe, los narcos continúan dominando la zona y todos los días se registran amenazas o ataques de su parte.