El caso de las gemelas argentinas que se arrojaron de un tercer piso en Barcelona, España, sumó un nuevo capítulo. Es que en las últimas horas trascendieron relatos sobre el calvario que vivían las jóvenes -de las cuales una murió- en el colegio donde sufrían bullying. Compañeros de las adolescentes contaron los castigos que ellas recibían cuando se defendían del acoso escolar.
“Ellas, a veces, intentaban defenderse pero que, en ese momento, entendían en el instituto que era un ‘quid pro quo’ (‘una cosa por otra’). Es decir, ‘tú haces y ellas también hacen’, pero que a ellas las castigaban más severamente”, señaló Carmen Cabestany, presidenta de la asociación española No Al Acoso Escolar (NACE), sobre los dichos de los amigos de Alana y Leila, según NA.
Además, Cabestany reveló dos de los castigos que sufrieron: “Dejarlas solas en lo que llaman ‘la nevera’ (la heladera), una sala muy fría. Y, por otra parte, expulsarlas, pero por más tiempo de lo que expulsaban a los otros”. “Esto fue lo que a mí me dijeron. Que a veces las tenían seis horas castigadas en ‘la nevera’. Y que otras veces, castigaban a las dos partes, pero a unos los castigaban menos y a ellas las expulsaban por más tiempo”, detalló.
Después de varios días de entre dichos entre la localidad, el colegio y los familiares de las gemelas se confirmó que sufrían bullying en la escuela pública Llobregat de Sallent. Eso generó un sinfín de reclamos en torno a la falta de actuación de la institución educativa. Sobre todo luego de que los propios estudiantes hayan señalado que las autoridades sabían del acoso “pero no hacían nada”.
Las disculpas del gobierno de Cataluña
El último reporte del hospital confirmó que Leila continúa en estado delicado con la mandíbula quebrada, fracturas en los brazos y un pulmón comprometido. En tanto, esta semana, la portavoz de Cataluña, Patricia Praja, pidió perdón a la familia. Asimismo, sostuvo que se investigará hasta las últimas consecuencias para saber qué ocurrió y qué falló en el sistema para no haber recibido alertas sobre el acoso que sufrían las menores.
Además, hizo hincapié en que el gobierno y las autoridades escolares no estuvieron presentes en los diversos episodios de acoso escolar que sufrieron Alana y Leila y sostuvo que “es obvio e incuestionable que algo ha fallado”. La funcionaria destacó que en el camino hubo “un conjunto de efectos adversos” que no permitieron alertar sobre los pedidos de ayuda en este caso y que es algo preocupante.
“Nadie podrá reparar el dolor causado a los padres, pero es necesario llegar hasta el final, sin fisuras, para saber qué ha pasado”, expresó con dolor Praja. A pesar de las disculpas, también señaló la necesidad en que las instituciones educativas escuchen a sus alumnos y estén detrás de los diversos casos de acoso escolar que hay en el sistema.