La intervención de Edesur, la distribuidora de energía que dio serios dolores de cabeza a miles de usuarios en el AMBA, abre otro capítulo del populismo tratando de involucrar al Estado en el manejo del sector empresarial. A lo Hugo Chávez, el expresidente de Venezuela que intervino 1168 compañías en una década, el kirchnerismo se abrió paso para seguir sus pasos.
Jonatan Viale, en su columna editorial de Radio Rivadavia, destacó a Jorge Ferraresi como uno de esos «hijos de Chávez«, no solo por estar ahora al mando de Edesur, sino también por su simpatía hacia el chavismo y Cristina Kirchner. «Ferraresi admira tanto al dictador Chávez que hasta le copió algunos métodos», subrayó al recordar cuando unos chicos de primaria le tomaron juramento para asumir el cargo de intendente de Avellaneda.
«Tal ves por eso fue elegido por Alberto, por Massa y por Cristina para quedarse con el manejo de Edesur. El otro gran mérito para conducir Edesur fue haberle conseguido una vacuna a su amiguita Estefanía Purita Díaz», rememoró al reproducir el testimonio de la militante de 18 años que fue acusada de ser beneficiada por el escándalo Vacunatorio VIP.
El modelo kirchnerista fracasado
«¿Cuál es el modelo kirchnerista, por qué se quedan con la plata de los jubilados? Están manoteando la plata de los jubilados. Porque AySA, porque Ciccone, porque Belgrano Cargas… siempre manotean la propiedad privada. ¿Algún modelo exitoso del Estado salió bien?», se preguntó Jonatan Viale al nombrar los juicios que enfrenta YPF tras la expropiación del 51% de la empresa de bandera.
Los déficits de las empresas a cargo del Estado dan cuenta del fracaso del modelo. Trenes Argentinos, por ejemplo, tiene pérdidas por 620 millones de dólares. Aerolíneas Argentinas, por 260 millones de dólares. Correo Argentino, por 114 millones de dólares. «Todas las empresas del Estado en rojo. Ahora, ¿les importa perder? Al contrario, les encanta», retrucó el columnista.
De esta forma, «el kirchnerismo se vanagloria con el déficit fiscal. Les encanta que el Estado pierda plata. ¿Saben cómo se llama esto? Populismo energético. Tenés tarifas bajas sostenidas artificialmente con inflación y ganancias, y, mientras tanto, destruyen generación por falta de inversiones. Es pan para hoy y hambre para mañana. Lo barato sale caro: creemos que nos benefician y en realidad nos cagan», cerró.