Carlos Blaquier, dueño de la marca Ledesma y uno de los empresarios más ricos del país, murió a la edad de 96 años este lunes. Propietario del ingenio azucarero más poderoso del país, estuvo al frente de la empresa desde 1970 hasta 2013. Estaba procesado por ser supuesto cómplice de delitos de lesa humanidad ocurridos durante la última dictadura militar argentina, precisamente durante la Noche del Apagón en la provincia de Jujuy.
Blaquier, descendiente de una familia aristocrática, fue hijo de María Esther Estrugamou Guillón y de Carlos Félix Miguel Blaquier Álzaga. Estudió en el Colegio Champagnat y en la Universidad del Salvador. Estuvo casado con Nelly Arrieta Wollman. En 1970, sus suegros decidieron que ocupara la presidencia del Ingenio Ledesma, ubicado en Jujuy con más de 100 años de historia. Durante 50 años, fue miembro del directorio de la empresa.
Tuvo cinco hijos, todos integrantes del directorio de la compañía. Según el último ranking de Forbes, realizado en 2020, la familia Blaquier se ubicó en el puesto 24° de las familias más ricas de la Argentina, al tener en su poder USD 490 millones. Además, fue presidente honorario de la Sociedad Científica Argentina, miembro titular vitalicio de la Sociedad Argentina de Historiadores y miembro fundador de la Fundación Sanmartiniana y del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).
Con respecto a la Sociedad Científica, Blaquier recibió el mismo reconocimiento que tres Premio Nobel: Bernardo Alberto Houssay, Luis Federico Leloir y César Milstein. Se le reconoció su aporte a la Historia y a la Filosofía, ya que fue autor de 24 libros vinculados a esas disciplinas.
Complicidad en la Noche del Apagón
En 2012, Carlos Blaquier fue procesado por delitos de lesa humanidad por la Justicia Federal de Jujuy. Se lo acusó de ser cómplice de la Noche del Apagón, acaecida entre el 20 y el 26 de julio de 1976, cuando fuerzas de seguridad con camionetas facilitadas por Ledesma secuestraron a casi 400 personas. Entre ellas, estaban trabajadores del ingenio, militantes, sindicalistas, estudiantes y obreros.
Todos fueron trasladados a distintos galpones de mantenimiento y a Guerrero, un centro clandestino de detención. 36 de ellos fueron asesinados y desaparecidos, y todos sufrieron torturas. Blaquier cargaba con el peso de la Justicia por ser señalado como cómplice de 26 casos de privación ilegítima de la libertad y por los 36 secuestros seguidos de asesinato y desaparición.
En marzo de 2015, la sala IV de la Cámara Federal dictó la falta de mérito. En 2031, la Corte Suprema anuló esa figura. Actualmente, la causa sigue abierta, pero el empresario nunca recibió un veredicto, debido a que no pudo ser enjuiciado por su estado de salud.
La organización de derechos humanos H.I.J.O.S realizó un hilo en Twitter para acusar la complicidad judicial y política. «La impunidad implica un proceso de revicitmización para sobrevivientes, testigos y familiares. Pero también un daño a la sociedad en su conjunto porque atenta contra las herramientas de no repetición de los crímenes contra la humanidad», postearon.