Este lunes, un atacante suicida estrelló su motocicleta contra un camión de la policía en Pakistán, matando a nueve policías, explicó un portavoz de la fuerza de seguridad, Mehmood Khan Notizai. El hecho tuvo lugar en Sibbi, una ciudad a unos 160 kilómetros al este de Quetta, en el suroeste del país de Asia.
Funcionarios del hospital informaron que al menos siete oficiales resultaron heridos en el ataque, el último de una serie contra personal policial en Pakistán. Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque del lunes. Los guerrilleros étnicos baluchis han estado luchando contra el gobierno durante décadas, acusándolo de explotar los ricos recursos de gas y minerales de Baluchistán.
Notenzai dijo que los oficiales que fueron atacados fueron enviados la semana pasada a Sibi, donde se llevó a cabo un festival cultural anual en medio de estrictas medidas de seguridad. Se envió un helicóptero del ejército para evacuar a los heridos graves a un hospital en Quetta, donde se encuentran disponibles mejores instalaciones de salud.
El año pasado, un terrorista suicida del Estado Islámico atacó el convoy de seguridad del presidente Arif Alvi cuando asistía al festival de Sibi. Alvi estaba lejos del lugar del bombardeo, en el que murieron cinco soldados. Los militantes de IS luego se atribuyeron la responsabilidad de ese ataque. El festival se ha celebrado durante varios siglos para marcar la llegada del verano, informaron Reuters y Bloomberg.
El primer ministro Shahbaz Sharif condenó el ataque. En un comunicado, expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos y ordenó a los funcionarios de salud brindar la mejor atención médica a los policías heridos. Dijo que el ataque era parte de los nefastos planes del enemigo para desestabilizar Pakistán y prometió derrotar al terrorismo.