Este miércoles, el Congreso de los Diputados de España rechazó, por un amplio margen, la moción de censura contra el Gobierno de izquierdas, encabezado por el presidente Pedro Sánchez, presentado por el partido de extrema derecha Vox, tal y como se esperaba.
Solo un diputado del partido de centro-derecha Ciudadanos se unió a los 52 representantes de Vox para apoyar la moción, mientras que 201 diputados votaron en contra en la cámara de 350 escaños, y 91, principalmente del conservador Partido Popular (PP), se abstuvo.
Vox era consciente de que su moción fracasaría, pero su líder, Santiago Abascal, siguió adelante con la votación, creando una profunda división en el partido, el tercero más grande del Congreso, tras el Partido Socialista Obrero de Pedro Sánchez, y el PP. Los analistas afirman que la iniciativa podría dañar la popularidad de Vox en un año electoral.
El partido de extrema derecha basó su moción en sospechar de que el Gobierno se había puesto del lado de los separatistas catalanes y vascos que apoyaron sus medidas en el parlamento a cambio de concesiones, una política económica y fiscal «equivocada y confiscatoria» y otras acusaciones. Exigió la destitución inmediata del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas, informó Reuters.
El debate de dos días que precedió a la votación permitió a Sánchez salir a la palestra para arremeter contra la oposición, mientras se calientan los motores para la campaña de cara a las elecciones autonómicas de mayo y las generales de diciembre.
El principal partido de la oposición, el PP, que había votado en contra de una moción de censura anterior promovida por Vox en 2020, se abstuvo esta vez, provocando el escarnio por parte de Sánchez, que acusó a la formación conservadora de ponerse del lado de la extrema derecha.