Las escuelas públicas de Los Ángeles cerraron este martes por una huelga de tres días, lo que obligó a cancelar las clases de 430.000 estudiantes que aún se están recuperando de las interrupciones de la pandemia. Los maestros y otros empleados en el segundo distrito escolar más grande de Estados Unidos planean abandonar el trabajo desde martes a jueves, según el superintendente escolar del Distrito Unificado de Los Ángeles, Alberto Carvalho.
El personal de apoyo de la escuela, que incluye conserjes, conductores de autobuses y trabajadores de la cafetería, pide un aumento de al menos un 30% en los salarios y más horas de trabajo. Rechazaron la oferta del distrito, que incluía un aumento salarial recurrente del 23%, bonos en efectivo y jornadas más largas para los trabajadores a tiempo parcial.
La huelga se suma a los problemas de un distrito que ya ha estado luchando con la disminución de las tasas de inscripción y asistencia en sus 780 escuelas. Los observadores culpan a una variedad de factores, incluidas las familias que se mudan debido al alto costo de vida, la disminución de la inmigración y los padres que trasladan a sus hijos a escuelas privadas.
Esta acción ejerce más presión sobre las familias, cuya lucha por encontrar cuidado de niños esta semana evocará recuerdos de meses de cierre de escuelas durante la pandemia, cuando los estudiantes aprendían desde casa, informó Bloomberg. Muchos padres en Los Ángeles también recuerdan la última huelga de maestros en enero de 2019, que duró seis días.
Carvalho dijo en el mes de octubre que los estudiantes del distrito sufrieron pérdidas «significativas» en el aprendizaje durante la pandemia. Mientras que los estudiantes de color y los de familias con ingresos más bajos sufrieron los mayores contratiempos.