Este jueves, la expresidenta brasileña, Dilma Rousseff, asumió la presidencia del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, en una ceremonia en Shanghái con la presencia de Lula da Silva. El banco multilateral fue creado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, conocidos colectivamente como los países BRICS.
Lula expresó que el banco, con sede en Shanghái, tiene un gran potencial «en la medida en que libera a los países emergentes de la sumisión a las instituciones financieras tradicionales, que quieren gobernarnos». Afirmó que las necesidades financieras de las naciones en desarrollo son enormes, pero que la falta de reformas ha limitado el crédito de los bancos existentes.
El banco de los BRICS podría convertirse en el «gran banco del Sur Global», dijo Lula en un discurso. Lula afirmó que el banco podría ayudar a los países en desarrollo a depender menos del dólar y financiar el comercio en monedas locales. «Necesitamos una moneda que dé más tranquilidad a los países, porque hoy un país necesita correr detrás del dólar para poder exportar, cuando podría exportar en su propia moneda», dijo.
El presidente izquierdista está en China para recomponer las relaciones con el mayor socio comercial de Brasil después de cuatro años de distanciamiento bajo el gobierno su predecesor de extrema derecha, Jair Bolsonaro. Se reunirá con el presidente chino, Xi Jinping, este viernes en Pekín, informó Reuters.
En su discurso de toma de posesión, Rousseff aseguró que esta entidad está en «una posición única para liderar el camino» en dirección a un mundo próspero y con un desarrollo compartido. La expresidenta brasileña también enumeró los «desafíos significativos» a los que se exponen las economías emergentes como la desigualdad persistente, la pobreza extrema, la infraestructura inadecuada o la falta de acceso a la educación y a la salud.