A 41 años de la guerra por las Islas Malvinas, Argentina y Reino Unido agudizan la tensión entre sí ante la dilatación de la puesta en marcha de una nueva etapa del Plan Proyecto Humanitario Malvinas (PPH). La tarea organizada a raíz de un entendimiento entre ambos países y la Cruz Roja Internacional consiste en la identificación de soldados caídos en combate y está en la tercera instancia del proceso que apunta a indagar sobre seis nuevos casos en la Isla Borbón y uno en otro punto del territorio.
Desde la Cancillería a cargo de Santiago Cafiero indicaron que no hay suspensión de la asistencia sino una instancia de negociación motorizada “por la reticencia británica” a avanzar en la nueva etapa. Además, aclararon que la dilación no tiene que ver con la decisión del Gobierno nacional de dejar sin efecto el pacto Foradori-Duncan –firmado en 2016, durante la administración de Mauricio Macri, a través del cual se otorgaba concesiones a los intereses británicos respecto de la explotación de los recursos naturales en las Islas y afectaba el pedido de soberanía–.
El PPH en las Malvinas inició en diciembre de 2017 y su primera etapa finalizó en enero de 2018, posibilitando la elaboración de un informe que detalla las tareas realizadas y sus resultados y la precisión de los objetos hallados en las tumbas de los caídos. El avance fue posible gracias a las muestras de ADN que proporcionaron los familiares posibilitó el resultado de 88 casos.
El secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, explicó que, en sus inicios, el entendimiento se desarrolló de forma positiva, y situó “los primeros síntomas de dificultad” en el último trimestre de 2022, cuando desde el gobierno de Rishi Sunak informaron que “habían reticencias por parte de la ilegitima asamblea legislativa isleña” respecto a los vuelos al territorio para la concreción de la segunda etapa de la misión, manifestó el funcionario en diálogo con NA.
A pesar de la tensión, la segunda instancia de la misión tuvo lugar y permitió la identificación de dos nuevos soldados. Formaron parte de la tarea también los ministerios de Desarrollo Social y del Interior, la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Cancillería, el Centro Ulloa, la Escribanía General de la Nación y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
“Una cuestión humanitaria no puede quedar sujeta a una reticencia a los habitantes de las islas”, planteó Carmona, a cargo de la negociación para avanzar en la concreción de la segunda etapa. “Surgió fue que solicitamos la identificación de caídos en la isla Borbón, en el cementerio de Darwin, y solicitamos la información, sobre otro caso que se encontraba en otro punto que no era ni el cementerio ni la isla. Ese primer caso fue el primer síntoma de la reticencia”, continuó.
En la misma línea, reveló que debió suspender su viaje a Ginebra, Suiza, programado para el 16 de diciembre, fecha en la que se firmaría la tercera fase del Plan Humanitario, luego de que el embajador en aquella ciudad, Federico Villegas, comunicara que percibía dilación por parte del Gobierno británico.
“Después de eso comenzaron objeciones que se expresaban en la negociación que no dudo en calificarlas como chicanas”, afirmó Carmona. Y describió que entre las provocaciones se puso en duda si los soldados caídos debían quedar sepultados en los lugares donde se los hallaba o si debían ser trasladados al cementerio de Darwin junto al resto.
“La negativa que se ha ido vislumbrando de parte del gobierno británico nada tiene que ver con Foradori-Duncan, que lo comunicamos el tres de marzo, cuando venía empiojada la negociación”, aclaró Carmona. Y sumó: “Por otro lado, veíamos con preocupación el hecho de que se mezclaba a menudo la cuestión humanitaria con el vuelo a Brasil, frente a la falta de gestos con establecer un vuelo directo. Veníamos viendo que no había predisposición”.
Asimismo, sostuvo que Reino Unido “utiliza lo humanitario como palanca para otros intereses”, entre ellos, establecer vuelos a países terceros, y evitar así los directos, un reclamo constante, algo que desde el Gobierno consideran inaceptable. Y denunció: “Mezclan lo humanitario con cuestiones políticas, como por ejemplo que introduciendo otras tropas kosovares a Malvinas, eso no afecte procesos de diálogos. Protestamos y las réplicas lo vemos en las dilaciones”.
En marzo, cuando el canciller se reunió con su par británico James Cleverly para informarme la finalización del pacto Foradori-Duncan, aclaró a través de una nota escrita, que la decisión no involucraba los aspectos vinculados a lo humanitario. Por eso, desde la Cancillería argumentan que la determinación de británica no responde al anuncio ya que consideran que la reticencia data de meses atrás.
Carmona contó también que la embajadora británica, Kirsty Hayes, busca “atribuir a que dejamos sin efecto el pacto Foradori-Duncan”. “Ellos con Macri lograron utilizar lo humanitario como palanca a sus intereses de otras naturaleza y lo siguen intentando”, subrayó sobre las intenciones de la administración de Sunak. Por último, afirmó tener expectativas de concretar la tercera etapa, y echó la responsabilidad a Reino Unido: “Falta que (ellos) se dispongan a firmar”, afirmó.