El Banco Central (BCRA) decidió subir del 78% al 81% las tasas que rinden los plazos fijos y otras referencias del mercado financiero en medio de la tensión cambiaria y la elevada inflación. La decisión la tomó el directorio de la autoridad monetaria en medio de las tensiones generadas por la suba de dólar y las versiones de cortocircuitos entre figuras del Gobierno.
El titular del BCRA Miguel Pesce estuvo reunido por la mañana con el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Sergio Massa. El BCRA comunicó a los entidades financieras y operadores del mercado que la licitación de letras Leliq de este jueves, el instrumento que marca la tasa de referencia, se celebraría con una suba de 300 puntos básicos. Esto supone un avance del 78% anual previo a un nuevo nivel del 81% nominal anual.
En medio de la volatilidad cambiaria, el mercado seguía con atención las decisiones del Central. A través del sistema Siopel -el que sostiene las operaciones del mercado cambiario, mercado de dinero, tasas y letras del Banco Central- el BCRA informó un cambio para la licitación de Letras de Liquidez (Leliq). Con estas, regula la masa monetaria, que son el vehículo de la tasa de referencia.
Según operadores bancarios, el BCRA comunicó que la tasa originalmente prevista en 78% anual pasaba a elevarse 300 puntos básicos al 81% nominal anual. También los pases pasivos, otro instrumento que usa el BCRA para regular la masa monetaria, vieron subir sus rendimientos del 72% al 75% nominal anual.
Rendimiento de los plazos fijos
La nueva suba llevaría al rendimiento de los plazos fijos al 6,65% mensual desde el 6,41% previo, todavía por debajo del último dato de inflación del 7,7% de marzo y las expectativas que ubican en torno a 7% la inflación para abril. Sin embargo, la decisión de la entidad conducida por Miguel Pesce parece responder mucho más a un contexto cambiario complicado en el que se intenta generar mejores rendimientos en pesos para tratar de moderar el salto del dólar libre.
El riesgo de que la tasa persista en terreno muy negativo es un quiebre de los depósitos a plazo. Podría motorizar a un ritmo vertiginoso los dólares financieros y, así, generar mayores presiones inflacionarias, sostienen analistas. Por eso, el BCRA intentaría contener la reciente escalada de los dólares financieros al devolverle cierto atractivo al carry trade.