Este martes, el Kremlin reafirmó su postura de que el acuerdo sobre los cereales del mar Negro no funciona para Moscú, un día después que el jefe de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, entregara a Rusia una carta con propuestas para mejorarlo y ampliarlo.
«A pesar de que ha pasado tanto tiempo, (el acuerdo) aún no se ha aplicado, no se ha reunido en un paquete, las condiciones que nos preocupaban aún no se han cumplido», dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. «Por lo tanto, aunque las circunstancias no son favorables a este acuerdo, seguimos observándolo», añadió.
El acuerdo fue negociado por Turquía y la ONU el mes pasado para permitir a Kiev reanudar las exportaciones de grano desde sus puertos del mar Negro, interrumpidas tras la invasión rusa de Ucrania cinco meses antes. Rusia ha señalado que no permitirá que el acuerdo se prorrogue más allá del 18 de mayo, a menos que se eliminen los obstáculos a sus propias exportaciones de alimentos y fertilizantes.
El lunes, un portavoz de la ONU explicó que Guterres había propuesto al presidente ruso, Vladimir Putin, un «camino a seguir encaminado a la mejora, ampliación y expansión» del acuerdo. La propuesta se esbozó en una carta que el jefe de la ONU pidió al ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, que entregara a Putin, informó Reuters.
El acuerdo sobre cereales tenía como objetivo aliviar la crisis alimentaria mundial, ya que tanto Ucrania como Rusia son grandes exportadores de grano. Sin embargo, Peskov restó importancia a la medida en que la escasez de grano de ambos países había contribuido a la crisis. «Todos sabemos que la génesis de la crisis alimentaria mundial tiene otras raíces. Y no es consecuencia directa de la pérdida de grano ucraniano del mercado», dijo.
