Este lunes, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, llegó a Taiwán para afianzar las relaciones con la isla, en una visita que provocó la ira de China, que la considera como parte de su territorio y ha prometido retomarla en el futuro. La nación latinoamericana es uno de los pocos países que todavía reconocen la soberanía de Taipéi, una lista que ha decrecido los últimos años.
Las relaciones de Taiwán con Paraguay, por ejemplo, están en riesgo, ya que el candidato opositor Efraín Alegre ha dicho que de ganar las elecciones del domingo próximo reevaluará las relaciones con Taiwán. Antes de emprender viaje, Giammattei manifestó que con la visita quería «lanzar también al mundo el mensaje muy claro de que los países tienen derecho de autogobernarse».
Durante su visita, el mandatario tiene previsto dirigirse al Congreso taiwanés y visitar una empresa tecnológica en Taichung, al sur de la capital. También debe participar en un evento de promoción de café guatemalteco, confirmó la presidencia de Taiwán.
Por su parte, China advirtió que «el movimiento independentista y secesionista de Taiwán va a contracorriente de la historia y no es más que un autoengaño de las autoridades del Partido Democrático Progresista (de Taipéi)», declaró Mao Ning, portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores.
La presidenta Tsai Ing-wen estuvo en Guatemala en abril y en Belice, los únicos aliados que le quedan en América Central, luego de que Honduras se alió con China en marzo. En su camino de vuelta a Taipéi, Tsai hizo escala en Estados Unidos para reunirse con Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes. En respuesta, China realizó tres días de ejercicios bélicos en los que simuló atacar y bloquear a la isla.