Axel Kicillof fue quien tomó la palabra luego de la reunión entre dirigentes oficialistas. El cónclave peronista no duró más de media hora. El gobernador de la provincia de Buenos Aires se encargó de hablar con los medios presentes y dio a conocer algunos arreglos que sucedieron dentro de la sede del Partido Justicialista porteño.
El Frente de Todos no atraviesa un momento de plenitud, concretamente, por el contrario. En cierto punto, se empieza a ver una leve mejoría. El cielo plagado de nubarrones comienza a ceder apenas con el renunciamiento de Alberto Fernández. El anuncio del Presidente le ahorró un problema al kirchnerismo. Ya sin su figura en el horizonte, el Frente de Todos deberá reorganizar «el proyecto nacional».
Para empezar a ordenar el desbarajuste, Alberto Fernández citó a diferentes miembros del FdT para que «se arreglen». Ya apartado de la carrera electoral, el mandatario cumplió con su palabra y fue hasta Matheu 100 para ser un espectador. Su rol de presidente del PJ lo sigue ostentando, pero su tuit en las primeras horas del viernes, le quitó simbólicamente el poder.
Aproximadamente 20 minutos después de que todos los citados lleguen a la sede, salió Axel Kicillof junto a Agustín Rossi, Sergio Berni, Eduardo Valdés, entre otros. El mandatario provincial agarró el micrófono y comunicó: «Tuvimos una muy buena reunión para cumplir con todos los requisitos del partido con respecto a las convocatorias y las fechas».
Al mismo tiempo confirmó que el Congreso Nacional del PJ se llevará a cabo el 16 de mayo en el estadio de Ferrocarril Oeste. «Si hay lista de síntesis habrá y sino no hay que hacer drama porque haya competencia. Esta tiene que ser armónica y por eso planteo un código de convivencia, para obtener un resultado virtuoso que permita ser fuertemente competitivo en las elecciones generales», sentenció.