La Confederación General del Trabajo (CGT) se mete en la discusión acerca de la situación económica del país. En un comunicado, sus directivos advirtieron por el “deterioro económico” y “la descomposición social” en medio de la crisis económica y las críticas internas y voces “en off” contra el ministro de Economía, Sergio Massa. Este jueves, la central obrera tendrá su primera reunión de Consejo Directivo del año.
“Los índices de inflación y pobreza deben encabezar las prioridades para la adopción de medidas y acciones urgentes. Toda la dirigencia en general debe tomar conciencia de que ya no hay más margen de deterioro económico sin riesgo de descomposición social”, resalta un borrador del documento que presentaría este jueves la CGT y que ya se filtró a la prensa, según NA.
En esa línea, la central obrera instaría a la convocatoria de un consenso político, económico y social con el objetivo de alcanzar acuerdos para un programa de mediano y largo plazo “promoviendo el desarrollo, la producción y el trabajo como instrumentos necesarios y urgentes para superar la crisis y trazar un horizonte de crecimiento con justicia social”.
El análisis de coyuntura de la CGT
Consideraron además que “el contexto económico y social es de tal gravedad que no permite especulaciones personalistas ni sectoriales”. Asimismo, que “sólo a través de la instrumentación de consensos mayoritarios con base en un conjunto de políticas de Estado orientadas a poner en marcha las potencialidades productivas con las que cuenta nuestro país, es que saldremos de la actual crisis”.
“La sociedad argentina atraviesa una compleja crisis económica y social, heredada y agravada por un escenario de inestabilidad macroeconómica que se manifiesta a través de una escalada inflacionaria creciente que pulveriza el poder adquisitivo de los salarios; escasez de divisas, informalidad laboral y un proceso de aumento en su pobreza estructural, inaceptable para la Argentina, que alcanza a un 40% de nuestro pueblo, condenando a la marginalidad a millones de argentinos y argentinas y ponen en serio riesgo la cohesión social”, planteó la CGT.
En esta suerte de análisis de la coyuntura del país, los popes de la central obrera agregaron que “las especulaciones cortoplacistas de una etapa pre electoral no posterguen la generación de acuerdos estratégicos, dentro de un modelo de crecimiento sostenido e inclusivo”. “La dirigencia política, sin distinciones partidarias ni diferencias entre oficialismos ni oposiciones circunstanciales, deben asumir el compromiso que les cabe en la sucesión de crisis recurrentes que a través de los años han llevado a nuestro país a la situación actual”, exigieron.
Los pedidos de la central obrera a la dirigencia política
Por último, el borrador exhibe una serie de pedidos de la CGT a la dirigencia política. Entre ellos, reclamaron reducir “los actuales índices de inflación, verdadero impuesto a la pobreza que deteriora los salarios y afecta la previsibilidad en materia de inversiones impactando negativamente en todas las variables”. También pidieron “la defensa del aparato productivo nacional y la instrumentación de políticas que promuevan el empleo genuino”.
Otros puntos son “el fomento al trabajo argentino a través de prácticas exportadoras con valor agregado”; “fortalecimiento de los sistemas de salud y seguridad social”; “promoción de un proceso de movilidad social ascendente y de una justa redistribución de la riqueza que revierta la concentración del ingreso y promueva el equilibrio en la relación capital-trabajo” y “recuperar la independencia económica para evitar que nuestras decisiones soberanas no sufran los condicionamientos de intereses ajenos a la nación”.
Además, demandaron “mayor compromiso de responsabilidad social empresaria en los sectores formadores de precios” y “lograr mayor participación de la ciudadanía en todos los asuntos de la nación para fortalecer las instituciones democráticas”. También reclamó “la reconstrucción de un Estado promotor del desarrollo” y “garantizar que estas actividades no agraven la problemática ambiental”.
El último punto exigido es “abordar los cambios en el trabajo asociados a las tecnologías de la información y la comunicación, a la inteligencia artificial y a la automatización de los procesos productivos promoviendo el dialogo entre los actores sociales involucrados, con el objeto de activar los mecanismos regulatorios necesarios que permitan hacer de la revolución científico tecnológica un instrumento de transformación para el desarrollo con inclusión social”.