Este miércoles, manifestantes recibieron al presidente de Francia, Emmanuel Macron, con abucheos y le pidieron que renuncie en su primera aparición pública desde que promulgó un impopular aumento de la edad de jubilación. Afuera de una fábrica que estaba visitando en la región oriental de Alsacia, Macron se enfrentó a pancartas hostiles y golpes de ollas.
Los trabajadores sindicalizados cortaron brevemente la energía eléctrica dentro de la fábrica. Luego, mientras caminaba entre la multitud en un pueblo cercano, muchos gritaron «¡Macron, dimite!». Un hombre le dijo: «No queremos esta pensión (reforma), ¿qué no te dan?».
Otra persona le manifestó que estaba al frente de un gobierno corrupto y agregó: «Caerás pronto, solo espera y verás». También hubo algunos aplausos: un hombre le dijo a Macron que «estuviera ahí», una mujer le agradeció por su trabajo y otros le pidieron selfies.
Pero incluso en un área que es pro-Macron y votó un poco más por él que el promedio nacional en las elecciones presidenciales de 2022, la recepción fue mayormente hostil. Macron promulgó el fin de semana un aumento en la edad de jubilación, lo que significa que los ciudadanos deben trabajar dos años más, hasta los 64, antes de recibir su pensión estatal, informó Reuters.
Los partidos de oposición y los sindicatos dicen que los planes de Macron son un ataque brutal al modelo de bienestar del país, donde fuertes impuestos y contribuciones a las pensiones financian generosos servicios sociales. Los incidentes en las calles no cesan.
El plan de pensiones eleva la edad legal de jubilación de 62 a 64 años y así Francia se colocó en línea con sus vecinos de la Unión Europea, pero dentro de ese marco, algunos comentaristas extranjeros se preguntaron a qué se debían todas las protestas y la ira pública.
