Directo, sincero y sin tapujos. Así es como se muestra uno de los periodistas más populares, exitosos y también polémicos de los medios de comunicación de nuestro país, como es el caso de Baby Etchecopar. Esta vez, fue en su cuenta de Instagram donde dejó un duro descargo, luego del escándalo que se generó por lo sucedido en el programa de Viviana Canosa.
En el ciclo de La Nación +, la periodista dialogó con Laura Di Marco sobre Florencia Kirchner. «Ves su cuerpo cómo está. A mi me da mucha pena Florencia, tiene una anorexia nerviosa galopante», sostuvo la invitada. «Quienes estudian la enfermedad de la anorexia, es falta de madre, es falta de nutrición materna. ¿Quién es Cristina? Es una mujer muy resentida, que no curó su resentimiento», lanzó.
Contundente
Estas declaraciones generaron repudio en las redes sociales, y Baby Etchecopar quiso dejar su propio testimonio. «A mí me pasó. Quiero aclarar antes de empezar que no tiene nada que ver mi nota ni a favor, ni en contra de las manifestaciones de mi colega Viviana Canosa, pero sí con un tema tan delicado y terrible como la bulimia y la anorexia. Creo que es un buen momento para debatir sin miserables especulaciones políticas ni por un punto de rating ni por un voto más este flagelo que arruinó a varias generaciones», comenzó diciendo.
«Espero que esto no termine en un tema de grieta o de odio, ni de victimizaciones demagógicas. Como padre de una hija que a los 14 años comenzó con el problema, me parece trivial que se acuse a una madre que no dio el pecho o se crea que la victima es un vengador de la familia. Mucho sufrimiento carga una madre y un padre con este tema y un estado que no implementó en 40 años los medios para solucionar en parte este trastorno, me parece miserable los que ofenden y los ofendidos no entienden la gravedad de lo que significa», afirmó.
El conductor de A24, continuó con su relato. «Unos con golpes bajos, los otros con insólitas respuestas políticas, pero nadie pensando en la victima. Lejos de echarle como siempre la culpa a la teta de la madre, cuando hace 30 años eran graciosas las lolitas y los medios vendían el espejo de no más de 40 kilos que tenías que tener para ser un triunfador, ningún psicólogo o psiquiatra conmensuró la caja de Pandora que se abría como arquetipo de la belleza», aclaró.
«Por eso hay palabras que afectan y mucho, los afectados o por lo menos yo, no me siento dispuesto a ningún diagnóstico televisivo que termine con un dedo inquisidor marcándome como emergente del problema cuando toda la vida y sin un GPS que me indique el camino traté de hacer solo lo mejor para el bienestar de mis hijos. Pienso que en cambio de usar a nuestros hijos con bulimia, anorexia, droga, y otras cosas como emergentes de una familia defectuosa, pensemos en un Estado defectuoso al que le importa tres carajos la salud física y mental de la juventud», finalizó.
