Una vez más, esta semana Santi Maratea estuvo en boca de todos debido a la colecta que comenzó junto a los hinchas de Independiente, con el objetivo de poder saldar la gran deuda que tiene el club de Avellaneda. Ahora, fue su padre Rafael quien decidió hablar en Radio La Red sobre su hijo y las distintas campañas que lleva adelante.
«Cuando hablé con él, le dije que es una locura. Me parece que Santi tiene un corazón que donde ve una necesidad, trata de meterse. No tiene un miramiento o resistencia a lo que puede ser; ha visto en el fútbol y en Independiente una necesidad grande de salvar al club o hacer que millones de fanáticos del Rojo sigan teniendo una ilusión. Su propósito más importante es darle una mano a los que necesitan, no importa la causa», comenzó asegurando.
«Estamos en un momento de la relación muy fuerte, con la particularidad de respetar el espacio del otro. Si él no aparece, no aparece; yo no tengo que estar llamándolo y va a aparecer cuando quiera. Hace 15 días no lo veo, pero esta mañana me mandó un mensaje diciéndome ‘viejo, te extraño. Estoy a full, te pido mil perdones’. Con eso me alcanza, porque en definitiva es un vínculo en el que yo me siento mañana a charlar con él y es como lo hubiera visto ayer», afirmó.
Fue en ese momento cuando el padre de Santi Maratea se refirió a la muerte de la madre del influencer. “Si tengo que sacar algo positivo de la desgracia, la muerte de Mariana nos acercó a la familia muy fuertemente y hoy podemos charlar de igual a igual sin problemas con los cuatro, para ayudarnos a revertir cualquier situación», lanzó.
Sin rodeos, Rafael continuó con su relato. «Siempre tuvo una cabeza distinta. Es un tipo que se desenvuelve muy bien con la palabra y que tiene un poder de convencimiento fuera de lo habitual. Yo vengo del mundo del rugby y cuando Santi era chico, veíamos los partidos en el club. Ahí te regalaban una revista: Santi juntaba 15 o 20 y las vendía dentro del club, ¡se las compraban! Siempre tuvo esta cabeza y este carisma, aunque obviamente se prepara y se informa», apuntó.
«Hubo un cambio muy grande en la familia: hace algunos años, cuando nos juntábamos en casa, el centro de atención era Santi. Hoy llegamos a un grado de madurez y cuando viene es uno más, nadie le pregunta por nada. Es muy bueno para él porque se siente contenido y no tiene que estar permanentemente contando lo que hace. Él se deja cuidar: es muy difícil que hable de la familia, porque trata de preservarse y preservarnos para que no haya confusiones», aseveró.