El pasado primero de septiembre, en las inmediaciones de su departamento de Recoleta, la vicepresidenta de la Nación fue atacada por Fernando Sabag Montiel. El hombre le gatilló en dos ocasiones a Cristina Kirchner pero la bala no salió y fue detenido a los pocos metros. A partir de allí, la Justicia comenzó una investigación contra él que terminó con otros dos detenidos.
Por un lado, está su pareja, Brenda Uliarte como coautora del hecho, y Nicolás Carrizo, denominado como el «jefe de los copitos» como partícipe secundario. «No surgió vínculo alguno de los nombrados con ninguna agrupación o persona que a esta altura permitiera siquiera sospechar sobre la posibilidad de que se les hubiese brindado asistencia para el suceso», aclaró el fiscal Carlos Rívolo.
«Tampoco lo dicho por los testigos apuntó en dirección a terceras personas, o a la relación de los imputados con agrupaciones o partidos políticos, etc. Toda la prueba reunida hasta aquí revela que los imputados llevaron a cabo el acto por sí solos«, afirmó. De esta manera, el ataque a Cristina Kirchner podría pasar a juicio a pesar que la querella insiste con reunir más pruebas porque consideran que Gerardo Milman, de Juntos por el Cambio, está involucrado.
Además, en el pedido que elevó la fiscalía sostiene que los acusados actuaron de forma «premeditada» lo que quiere decir que «habían ideado un plan para llevar a cabo el asesinato». Esto será rechazado por parte de la querella, aunque la decisión final estará en manos de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, quien incluso fue recusada por los abogados de Cristina Kirchner.
¿Se cae la teoría de Cristina Kirchner?
Desde el lado de la vicepresidenta sostienen que la banda los copitos fue financiada por un sector de derecha para realizar el ataque. Sin embargo, Rívoloro remarco que «no se ha podido corroborar, tanto que el ataque investigado haya requerido de una financiación específica, como que los imputados hubieren recibido financiación externa o pago alguno para llevarlo adelante».
«Respecto a la financiación del ataque, resulta objetivo e incontrastable que la logística y la materialidad del acto en sí, no requirió de una gran inversión de dinero u otros recursos», dijo el fiscal Rívolo. También remarcó, según NA, que Fernando Sabag Montiel podría haber obtenido el arma con la que atacó a Cristina Kirchner de manera gratuita por medio de algún amigo que se la prestó o por el fallecimiento de alguna familiar que dejó el arma.
También afirmaron que «los nombrados no recibieron durante los dos años previos al atentado ninguna suma de dinero que hiciera presumir que hubiesen sido financiados para llevar adelante un hecho como el aquí investigado, pues todas las transferencias e ingresos analizados guardan absoluta correlación con las actividades informales que los nombrados realizaban para subsistir». De hecho, aseguran que «Sabag Montiel apenas tenía ingresos de dinero por trabajar con una aplicación de traslados» y contaba con un «plan asistencial de ANSES».