Jartum fue objeto de nuevos ataques aéreos y de artillería este viernes, después de que el ejército de Sudán y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido no lograran acordar un alto el fuego, a pesar de haberse comprometido a proteger a la población civil y permitir el acceso de la ayuda humanitaria en África.
Tras casi una semana de conversaciones, ambas facciones firmaron a última hora del jueves una declaración de principios en Arabia Saudita, pero ninguna de ellas ha hecho aún declaraciones en las que reconozca el acuerdo. Desde que iniciaron los enfrentamientos de forma repentina el 15 de abril, los dos bandos no han dado muestras de estar dispuestos a ofrecer concesiones para poner fin a los combates.
El conflicto ha paralizado la economía del país y ha estrangulado su comercio, agravando una crisis humanitaria cada vez más grave. La ONU declaró este viernes que 200.000 personas han huido a los países vecinos por causa de la violencia. El enviado de la ONU para Sudán, Volker Perthes, declaró que espera que las conversaciones de alto el fuego se reanuden este viernes o sábado.
En la provincia de Darfur, en el oeste de Sudán, los combates entre las milicias locales y los rebeldes volvieron a estallar repentinamente en la ciudad de Geneina, donde los disparos sacudieron los barrios tras dos semanas de relativa calma y la artillería bombardeó la ciudad por primera vez, informó Reuters.
En otras partes de Darfur, donde una guerra que se ha prolongado desde 2003 ha matado a 300.000 personas y desplazado a 2,5 millones, parecían mantenerse los altos el fuego locales acordados entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF). El Ministerio de Sanidad calcula que al menos 450 personas murieron el mes pasado, tan solo en el estado de Darfur Occidental.