El rey Carlos III de Reino Unido fue ungido y coronado el sábado en el mayor acto ceremonial celebrado en Gran Bretaña en las últimas siete décadas, un suntuoso despliegue de pompa que se remonta a 1000 años atrás. El nuevo monarca sucedió a su madre Isabel II, quien murió en septiembre pasado tras 74 años de reinado. Así, Carlos se convirtió en el rey británico de mayor edad en coronarse.
El evento contó con un centenar de líderes mundiales y millones de telespectadores. Entre los asistentes, se destacaron ministros, jefes de Estado y personalidades artísticas, deportivas y diplomáticas de todo el mundo. El Arzobispo de Canterbury, líder espiritual de la Iglesia Anglicana, colocó la corona de San Eduardo, de 360 años de antigüedad, sobre la cabeza de Carlos, sentado en un trono del siglo XIV en la Abadía de Westminster.
Se dispararon salvas de artillería en la Torre de Londres y por toda la capital, la nación, Gibraltar, las Bermudas y los barcos en alta mar. «Dios salve al Rey Carlos. Larga vida al rey Carlos. Que el rey viva para siempre», dijo la congregación en la abadía tras una fanfarria de trompetas. Durante el histórico y solemne servicio de dos horas, que se remonta a la época de Guillermo el Conquistador en 1066, la segunda esposa de Carlos, Camilla, también fue coronada reina.
Cómo continuó la coronación de Carlos III de Reino Unido
Tras el servicio religioso, Carlos y Camilla, de 75 años, partieron en el Gold State Coach de cuatro toneladas construido para Jorge III, último rey de las colonias americanas de Gran Bretaña. En él, se dirigieron al palacio de Buckingham en una procesión en la que participaron 4000 militares de 39 naciones.
Mientras tanto, cientos de soldados con uniformes escarlata y sombreros negros de piel de oso se alineaban a lo largo de The Mall, el gran bulevar que conduce al palacio. Por ello, constituyó el mayor acto ceremonial de este tipo en Gran Bretaña desde la coronación de la madre de Carlos.
Visión de la monarquía británica desde afuera
Con la nación tratando de encontrar su camino en la vorágine política tras su salida de la Unión Europea y mantener su posición, los partidarios de la monarquía afirman que la familia real proporciona una atracción internacional. De esta forma, se trata de una herramienta diplomática vital y un medio para mantener a Gran Bretaña en la escena mundial.
«Ningún otro país podría ofrecer un espectáculo tan deslumbrante: las procesiones, la pompa, las ceremonias y las fiestas callejeras», declaró el primer ministro de Inglaterra Rishi Sunak. A pesar del entusiasmo de Sunak, la coronación tiene lugar en medio de una crisis del costo de la vida y el escepticismo público, sobre todo entre los jóvenes, acerca del papel y la relevancia de la monarquía.