El presidente ejecutivo de Tesla, Elon Musk, llegó este martes a China y se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores del país en Beijing, lo que marcó el regreso al mayor centro de producción del fabricante de automóviles eléctricos, después de tres años.
El viaje es el regreso más reciente de un alto ejecutivo de Estados Unidos a China, desde que el país reabrió sus fronteras y revirtió su política de «cero covid» en diciembre. En marzo, Tim Cook de Apple visitó Pekín, mientras que Jamie Dimon de JP Morgan y Laxman Narasimhan de Starbucks también viajarán a China esta semana.
Musk se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, horas después de aterrizar en Beijing. Qin le dijo a Musk que su país estaba comprometido con mejorar el entorno empresarial para los inversores, incluido Tesla. Además utilizó una elaborada metáfora de conducción para describir las relaciones entre China y Estados Unidos, según un comunicado de su ministerio.
«Debemos pisar el freno a tiempo, evitar la conducción peligrosa y ser hábiles en el uso del acelerador para promover una cooperación de beneficio mutuo», expresó Qin. El Ministerio de Relaciones Exteriores citó a Musk diciendo que estaba dispuesto a expandir los negocios en China y se opuso a una desvinculación de las economías de Estados Unidos y China, y agregó que describió a las dos economías más grandes del mundo como «gemelos unidos», replicó Bloomberg.
La visita de Musk se produce luego de un importante aumento de la competencia con los fabricantes de vehículos chinos. Su compañía de vehículos eléctricos anunció en abril que construiría una nueva planta de baterías en Shanghái, la segunda fábrica de Tesla en la ciudad después de otra llamada Gigafactory, que comenzó a construirse en 2019.