En la última una sesión del Congreso de Bolivia, el ministro del Interior presentaba un informe sobre el encarcelamiento del opositor gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, lo que derivó en una pelea campal de puños y patadas, según informaron este miércoles medios boliviano.
Eduardo del Castillo se presentó ante el Legislativo para responder a un cuestionario de 11 preguntas que la oposición había preparado para que explicara los fundamentos legales del arresto de Camacho, el pasado 28 de diciembre. Durante la detención del gobernador, la policía activó un fuerte operativo, criticado por la oposición.
Camacho fue sentenciado a cuatro meses de detención preventiva por una acusación por «terrorismo» en el caso «golpe de Estado I». En esta causa, el gobernador está acusado de ser parte activa en el derrocamiento del expresidente Evo Morales.
Al cumplirse ese tiempo, a fines de abril, se amplió su detención por cuatro meses más. Por lo que el gobernador cruceño deberá permanecer en prisión hasta agosto. Del Castillo argumentó que el arresto del Gobernador de Santa Cruz se efectuó «en el marco de la ley», pues se emitió una orden de aprehensión dos meses antes de su ejecución.
La sesión se desbandó mientras Del Castillo defendía la legalidad de la detención y criticaba a los parlamentarios de Creemos, el partido de Camacho. El funcionario los calificó de «grupos radicales, ladrones, violentos que vinieron a robar la billetera del pueblo boliviano».
En medio de la intervención del ministro, un grupo de parlamentarias opositoras mostró pancartas con mensajes como «con presos políticos no hay democracia» y otro con una foto de Del Castillo y la leyenda «ministro del terror». De inmediato, un puñado de legisladoras oficialistas se abalanzó sobre las opositoras para arrebatarles sus letreros en medio de empujones. Se generó una riña entre una veintena de legisladores, que duró varios minutos e incluyó cachetadas, patadas, puños y tirones de pelo, pero que no dejó lesionados.