El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, disolvió este miércoles por decreto la Asamblea Nacional, adelantando las elecciones legislativas y presidenciales, un día después de presentar su defensa en un proceso de juicio político en su contra. Lasso niega la acusación y dice que su administración hizo cambios al contrato firmado años antes de que él asumiera el cargo, para beneficiar al estado, siguiendo el consejo de la contraloría ecuatoriana.
La mayoría de los legisladores respaldó una resolución que decía que Lasso permitió que continuara el contrato corrupto, a pesar de que un comité de supervisión del Congreso, que escuchó el testimonio de legisladores de la oposición, funcionarios y el abogado del mandatario, dijo en su informe que no recomendaba un juicio político.
Se habrían necesitado 92 votos de la legislatura de 137 miembros para destituir a Lasso de su cargo. El voto para continuar el proceso recibió 88. La constitución del país consagra la llamada «muerte bidireccional», que permite al mandatario convocar elecciones tanto para su puesto como para la asamblea bajo ciertas circunstancias, incluso si las acciones de la legislatura bloquean el funcionamiento del gobierno.
El presidente invocó la «muerte cruzada» citando la grave crisis política y conmoción interna del país andino. Lasso ahora permanecerá en el cargo, gobernando por decreto, mientras las autoridades electorales nacionales fijan la fecha de las elecciones, informaron Reuters y Bloomberg.
El tribunal electoral de Ecuador debe decidir la fecha de las nuevas elecciones dentro de los siete días posteriores a la disolución de la Asamblea Nacional. «He firmado el Decreto Ejecutivo 741, con el objetivo de disolver la Asamblea Nacional y solicitar al consejo electoral que convoque a elecciones», expresó Lasso en un comunicado. «Ecuatorianos: esta es la mejor decisión para darle una salida constitucional a la crisis política», agregó.